Guardar el corazón. Guardando nuestras actitudes.
NUESTRAS ACTITUDES (1Sa_16:7, 1Ts_5:16-18).
Las actitudes son la posición que adoptamos frente a la vida, frente a Dios y frente a las demás personas.
• Junto con lo que pensamos, sentimos, vemos, etc., determinará nuestras acciones.
Nuestras actitudes provienen de dos posibles fuentes, una contraria a la otra:
• De la cultura que nos rodea, de las demás personas, del mundo, del yo, del ego, de la carne, todas las cuales, en última instancia, provienen del diablo que nos quiere robar, matar y destruir la vida abundante, bendecida, plena y en victoria que Dios quiere para nosotros.
• De Dios (Jua_10:10).
Las actitudes salen del corazón (1Sa_16:7), y de acuerdo a lo que pensamos en lo profundo del corazón (las actitudes), así vamos a vivir.
• Las actitudes de la carne, el mundo y el diablo: las obras de la carne (Gal_5:19-21).
• Las actitudes de Dios, del Espíritu: el fruto del Espíritu (Gal_5:22-23).
Nuestras actitudes fundamentales como creyentes:
• Agradecimiento (Sal_100:4, 1Ts_5:18).
• Amor y Obediencia (Jua_14:15, 1Pe_1:14-16).
• Temor de Dios (respeto, reverencia, honra, obediencia, sujeción; Pro_1:7).
• Hambre y sed de Dios (comunión; Sal_42:1-2, Sal_63:1, Stg_4:5).
El principio para que Dios por Su Espíritu Santo forme en nosotros esas actitudes (2Co_3:18) es:
• Que mengüemos nosotros para que Cristo crezca en nosotros (Jua_3:30).
• Que renunciemos a la voluntad propia, los caminos que nos parecen derechos en nuestra propia opinión, pero son causa de ruina (Pro_16:25).
• Que nos despojemos del hombre viejo y nos revistamos del hombre nuevo, renovándonos en el espíritu de nuestra mente para que podamos experimentar la buena voluntad de Dios agradable y perfecta (Efe_4:22-24, Rom_12:2).
• Y todo ello implica morir, negarnos a nosotros mismos, a la vieja manera de vivir y de pensar para ser verdaderamente libres (Mat_16:24, Jua_8:31-32).
Las actitudes son la posición que adoptamos frente a la vida, frente a Dios y frente a las demás personas.
• Junto con lo que pensamos, sentimos, vemos, etc., determinará nuestras acciones.
Nuestras actitudes provienen de dos posibles fuentes, una contraria a la otra:
• De la cultura que nos rodea, de las demás personas, del mundo, del yo, del ego, de la carne, todas las cuales, en última instancia, provienen del diablo que nos quiere robar, matar y destruir la vida abundante, bendecida, plena y en victoria que Dios quiere para nosotros.
• De Dios (Jua_10:10).
Las actitudes salen del corazón (1Sa_16:7), y de acuerdo a lo que pensamos en lo profundo del corazón (las actitudes), así vamos a vivir.
• Las actitudes de la carne, el mundo y el diablo: las obras de la carne (Gal_5:19-21).
• Las actitudes de Dios, del Espíritu: el fruto del Espíritu (Gal_5:22-23).
Nuestras actitudes fundamentales como creyentes:
• Agradecimiento (Sal_100:4, 1Ts_5:18).
• Amor y Obediencia (Jua_14:15, 1Pe_1:14-16).
• Temor de Dios (respeto, reverencia, honra, obediencia, sujeción; Pro_1:7).
• Hambre y sed de Dios (comunión; Sal_42:1-2, Sal_63:1, Stg_4:5).
El principio para que Dios por Su Espíritu Santo forme en nosotros esas actitudes (2Co_3:18) es:
• Que mengüemos nosotros para que Cristo crezca en nosotros (Jua_3:30).
• Que renunciemos a la voluntad propia, los caminos que nos parecen derechos en nuestra propia opinión, pero son causa de ruina (Pro_16:25).
• Que nos despojemos del hombre viejo y nos revistamos del hombre nuevo, renovándonos en el espíritu de nuestra mente para que podamos experimentar la buena voluntad de Dios agradable y perfecta (Efe_4:22-24, Rom_12:2).
• Y todo ello implica morir, negarnos a nosotros mismos, a la vieja manera de vivir y de pensar para ser verdaderamente libres (Mat_16:24, Jua_8:31-32).
13
Feb
2025