La influencia de los justos.
Pro_11:10-11, El bien de los justos y las ciudades.
• Estos pasajes muestran claramente la diferencia en el efecto sobre las ciudades, de personas y autoridades sabios y de personas y autoridades impías en nuestras organizaciones, empresas, instituciones, comunidades y gobiernos.
• Por ello necesitamos esforzarnos:
• En ser personas sabias que viven bajo la dirección de la Palabra de Dios y del Espíritu Santo (Sal_119:105, Rom_8:14).
• En que hagamos todo para la gloria de Dios (Col_3:23-24).
• Nadie más que los creyentes debemos estar interesados en el bien de las empresas, organizaciones e instituciones en las que trabajamos y en el de las comunidades y naciones en que vivimos.
• Es decir, en todos los ámbitos de la vida social.
• Necesitamos ser esforzados en nuestros trabajos y responsabilidades sociales para que seamos nosotros los creyentes los que las lideremos, de tal manera que el bien se manifieste en ellas y no el mal.
• No podemos ni debemos seguir permitiendo que personas liberales y poco temerosos de Dios sigan afectando nuestros lugares de trabajo, comunidades, ciudades y naciones con acciones alejadas de la voluntad de Dios, que en lugar de provocar el bien provocan la ruina.
• Los justos somos de bendición en cualquier lugar donde nos hallemos, y ello es cierto también con respecto a las instituciones, naciones y a los gobiernos.
• Aunque los demás no lo reconozcan.
• Somos sal del mundo y luz de la tierra (Mat_5:13-16).
• Por estar nosotros en la tierra la maldad tiene un freno.
• Por el solo hecho de que un hijo de Dios ocupe un puesto de liderazgo, ello va a traer bendición a las instituciones y a las naciones porque la bendición entra por la cabeza (Sal 133).
• José en Egipto.
• Jacob con Labán.
• Daniel y sus amigos en Babilonia.
• Estos pasajes muestran claramente la diferencia en el efecto sobre las ciudades, de personas y autoridades sabios y de personas y autoridades impías en nuestras organizaciones, empresas, instituciones, comunidades y gobiernos.
• Por ello necesitamos esforzarnos:
• En ser personas sabias que viven bajo la dirección de la Palabra de Dios y del Espíritu Santo (Sal_119:105, Rom_8:14).
• En que hagamos todo para la gloria de Dios (Col_3:23-24).
• Nadie más que los creyentes debemos estar interesados en el bien de las empresas, organizaciones e instituciones en las que trabajamos y en el de las comunidades y naciones en que vivimos.
• Es decir, en todos los ámbitos de la vida social.
• Necesitamos ser esforzados en nuestros trabajos y responsabilidades sociales para que seamos nosotros los creyentes los que las lideremos, de tal manera que el bien se manifieste en ellas y no el mal.
• No podemos ni debemos seguir permitiendo que personas liberales y poco temerosos de Dios sigan afectando nuestros lugares de trabajo, comunidades, ciudades y naciones con acciones alejadas de la voluntad de Dios, que en lugar de provocar el bien provocan la ruina.
• Los justos somos de bendición en cualquier lugar donde nos hallemos, y ello es cierto también con respecto a las instituciones, naciones y a los gobiernos.
• Aunque los demás no lo reconozcan.
• Somos sal del mundo y luz de la tierra (Mat_5:13-16).
• Por estar nosotros en la tierra la maldad tiene un freno.
• Por el solo hecho de que un hijo de Dios ocupe un puesto de liderazgo, ello va a traer bendición a las instituciones y a las naciones porque la bendición entra por la cabeza (Sal 133).
• José en Egipto.
• Jacob con Labán.
• Daniel y sus amigos en Babilonia.
07
Nov
2024