El valor de nuestras palabras.
Pro_10:10-11, Pro_10:13-14, Pro_10:18-21, Pro_10:31-32. El poder de las palabras.
• Pro_18:20-21. En nuestras palabras hay poder de vida o de ruina.
• El ser humano es el único ser creado con poder en sus palabras como resultado de la imagen de Dios en Él.
• Necesitamos usar nuestras palabras para bien y para bendición, no para mal ni para maldición.
• De ello depende que nosotros también tengamos o bien y bendición, o mal y maldición (Gen_12:3).
• La boca de los hijos de Dios debería ser manantial de vida.
• Stg_3:1-12.
• La lengua es un pequeño miembro de nuestro cuerpo pero que ejerce un gran poder sobre la dirección de nuestras acciones (Stg_3:1-4).
• Así como puede ser de bendición, puede provocar un gran desastre (incendio): chisme, murmuración, calumnia, falso testimonio, acusación, condenación, culpa, juicio, crítica, etc. (Stg_3:5-6).
• La lengua va a expresar lo más profundo de nuestros pensamientos y contaminar todo nuestro ser (Mat_15:17-20, Pro_23:7, Mat_12:34).
• La carne no puede controlar la lengua, es más, la carne usa la lengua para sus propios fines egoístas (autocomplacencia, autogratificación, autoexaltación).
• La única forma de controlar la lengua es ponerla bajo la autoridad del Espíritu Santo (Rom_8:13, Stg_3:7-8, Sal_141:3).
• No podemos con ella bendecir a Dios y maldecir a los hombres (Stg_3:9).
• No podemos con ella bendecir y maldecir, eso no debe ser (Stg_3:10-12).
• Necesitamos cuidar lo que hablamos (Mat_5:37, Mat_12:37).
• Manantial de vida es la boca del justo (Pro_10:11).
• Pero el necio, cuya boca está llena de violencia, será castigado (Pro_10:10-11).
• En las muchas palabras no falta pecado (Pro_10:19).
• Pro_10:13-14. Los labios del prudente (justo, salvo) deben hablar sabiduría.
• Solo la boca de los necios habla (y produce) calamidades.
• Pro_10:18-21. El que habla calumnias (chismes, murmuración, juicios, acusación, condenación, etc.) es necio, y los necios van a la ruina por falta de entendimiento.
• Pero el que refrena sus labios es prudente (sabio, comedido, cuidadoso del corazón de los demás).
• Por eso su boca, su lengua, sus palabras, son como plata escogida (valiosas).
• Sus buenas palabras apacientan (tranquilizan) a muchos.
• Pro_10:31-32. La boca del sabio producirá sabiduría en otros, lo que hablan agrada a otros (edifica, exhorta, consuela, 1Co_14:3).
• Pero la boca del impío, la boca perversa:
• Habla perversidades (maldades, cosas que roban la calma, la paz, intranquilizan, dan inseguridad, duda, temor, ansiedad, etc.
• Será cortada.
• Pro_18:20-21. En nuestras palabras hay poder de vida o de ruina.
• El ser humano es el único ser creado con poder en sus palabras como resultado de la imagen de Dios en Él.
• Necesitamos usar nuestras palabras para bien y para bendición, no para mal ni para maldición.
• De ello depende que nosotros también tengamos o bien y bendición, o mal y maldición (Gen_12:3).
• La boca de los hijos de Dios debería ser manantial de vida.
• Stg_3:1-12.
• La lengua es un pequeño miembro de nuestro cuerpo pero que ejerce un gran poder sobre la dirección de nuestras acciones (Stg_3:1-4).
• Así como puede ser de bendición, puede provocar un gran desastre (incendio): chisme, murmuración, calumnia, falso testimonio, acusación, condenación, culpa, juicio, crítica, etc. (Stg_3:5-6).
• La lengua va a expresar lo más profundo de nuestros pensamientos y contaminar todo nuestro ser (Mat_15:17-20, Pro_23:7, Mat_12:34).
• La carne no puede controlar la lengua, es más, la carne usa la lengua para sus propios fines egoístas (autocomplacencia, autogratificación, autoexaltación).
• La única forma de controlar la lengua es ponerla bajo la autoridad del Espíritu Santo (Rom_8:13, Stg_3:7-8, Sal_141:3).
• No podemos con ella bendecir a Dios y maldecir a los hombres (Stg_3:9).
• No podemos con ella bendecir y maldecir, eso no debe ser (Stg_3:10-12).
• Necesitamos cuidar lo que hablamos (Mat_5:37, Mat_12:37).
• Manantial de vida es la boca del justo (Pro_10:11).
• Pero el necio, cuya boca está llena de violencia, será castigado (Pro_10:10-11).
• En las muchas palabras no falta pecado (Pro_10:19).
• Pro_10:13-14. Los labios del prudente (justo, salvo) deben hablar sabiduría.
• Solo la boca de los necios habla (y produce) calamidades.
• Pro_10:18-21. El que habla calumnias (chismes, murmuración, juicios, acusación, condenación, etc.) es necio, y los necios van a la ruina por falta de entendimiento.
• Pero el que refrena sus labios es prudente (sabio, comedido, cuidadoso del corazón de los demás).
• Por eso su boca, su lengua, sus palabras, son como plata escogida (valiosas).
• Sus buenas palabras apacientan (tranquilizan) a muchos.
• Pro_10:31-32. La boca del sabio producirá sabiduría en otros, lo que hablan agrada a otros (edifica, exhorta, consuela, 1Co_14:3).
• Pero la boca del impío, la boca perversa:
• Habla perversidades (maldades, cosas que roban la calma, la paz, intranquilizan, dan inseguridad, duda, temor, ansiedad, etc.
• Será cortada.
21
Oct
2024