Estudio Bíblico

Inicio > Estudio

Levántate, despierta.



Efe 5:14-17.


Despiértate, levántate.
Cuando estamos relajados, somos más vulnerables.
El diablo nos quiere destruír, neutralizar, para que no le hagamos daño. Anda como león rugiente buscando a quién devorar (los relajados).

Necesitamos ver con diligencia como andamos.
Las obras de la carne (Gal 5.19-21) vrs el fruto del Espíritu (Gal 5.22-23).
Sal 119.59. Considere mis caminos y volví mis pies a sus testimonios.
Aprovechando bien el tiempo porque los días son malos.

El diablo, el mundo: muchas distracciones.
Trabajo.
Cansancio.
Situación económica.
Diversión, ocio, espectáculos.
Deporte, TV, cine, cable.
Compromisos sociales.
Comodidad, seguridad, etc.

Necesitamos conocer, entender y hacer la voluntad de Dios para nosotros (Rom 12:2).
Áreas (Efe 4:11-16).
Perfeccionarnos (educar, enseñar, entrenar, capacitar, equipar, formar, madurar) a los santos (apartados, separados) para (Fil 1:6):
• La obra del ministerio.
• La edificación del Cuerpo de Cristo.
• La unidad de la fe.
• La unidad del conocimiento del Hijo de Dios.
• Un varón perfecto (carácter).
• A la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (servicio, ministerio).
• Estar firmes, establecidos, afirmados, sólidos en El.
• Seguir la verdad en amor.
• Crecer en todo en Cristo.
• Unidad.
• Ayuda mutua.
• Identificación y desarrollo de los dones propios y de otros.

Levantarnos, despertarnos, con diligencia, aprovechando bien el tiempo.
La iglesia: centro de enseñanza y adiestramiento.
Prepararnos adecuadamente antes y después de venir a la iglesia.

Preparación antes (la parábola del sembrador, Mat 13.18-23).
La Palabra: una semilla que se siembra en la tierra del corazón.
El campesino: no siembra la semilla descuidadamente. Prepara la tierra. Quita piedras y malas hierbas, la "suaviza", la ordena, la riega.
Necesitamos preparar nuestro corazón para recibirla y atesorarla: quitar distracciones, anhelarla, atención concentrada.
Si no lo hacemos el enemigo nos la va a robar (3 de 4 posibilidades).
Directamente (ni la oímos, distracción).
Pruebas, problemas (problemas a la salida).
Afán, concentrarnos en las cosas del mundo (el lunes por la mañana).
Recordemos que la probabilidad de perder esa Palabra es mayor (3 de 4 posibilidades) que la de retenerla (1 de 4), y que de la retención que hagamos de ella depende que todo nos vaya bien (o mal) (Rom 12:2, 3 Jn 2).

Prepararnos después (2 Tim 3.16).
Meditar todo el tiempo en ella para recordarla y entenderla.
Ponerla por obra (obediencia).
¿Que me enseña?, ¿Que me redarguye (arrepentimiento)? ¿Que me corrige (re-enfoque)? ¿Que me instruye (aplicación)?
• En mi relación con Dios.
• En mi relación con mi cónyuge.
• En mi relación con mis hijos.
• En mi relación laboral.
• En mi relación eclesiástica y ministerial.
• En mi relación social.



07 Oct 2009
Referencia: Iglesia.