Estudio Bíblico

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Lo profético hoy.



ESCUELA PROFÉTICA (3).

LO PROFETICO HOY.




Lo profético.

Es la expresión de la voluntad (propósito, destino y visión) de Dios para nosotros, nuestra familia, iglesia y nación.
En los años 90´s, cuando se inicio la restauración de lo profético, la forma más usual de ello era la profecía personal y/o familiar que fue el canal primario que Dios utilizó para iniciar esa restauración.
Debido a la cercanía de los últimos tiempos y los propósitos de Dios para estos tiempos revelados en Su Palabra, hoy, la profecía corporativa y/o nacional se está convirtiendo en la forma más importante de la manifestación de lo profético.

El propósito de este nuevo nivel en el que está entrando la restauración del oficio profético (que se corresponde, bajo la gracia, con el nivel de los profetas del Antiguo Testamento), es:
Uno. Mostrarle al diablo cual es su lugar en el mundo hoy (Efe 3:9-11, Hch 3:21, Mat 16:18-19), desarraigándolo de los espacios que ha estado usurpando,
Dos. Llevar a la iglesia a ocuparlos tal y como le corresponde (Col 2:15) para que el deseo y voluntad de Dios se haga visible y se de a conocer: que Su Reino sea establecido (Mat 6:9-10, Mat 6:33).

Lo profético tiene que ver con la iglesia y a transformación de las ciudades (Mat 28.18-20, Hch 1:8) y regresar la iglesia al propósito y diseño de Dios: santa (santidad, consagración, radical), conquistadora, apostólica, para llenarlo todo, tomarlo todo, influenciarlo todo, transformarlo todo (Efe 1:23).



Los límites de lo profético.

Lo profético nunca puede ni debe suplantar a la Palabra de Dios ni al Espíritu Santo. Los creyentes no son guiados por los profetas sino por la Palabra y el Espíritu Santo (Sal 119:105, Rom 8:14)
Los profetas son solo un auxiliar, un elemento adicional, que complementa, pero no suplanta ni sobrepasa, la autoridad de la Palabra y del Espíritu Santo, que son nuestra autoridad más alta y nuestra única instrucción infalible con respecto a la vida.
Por lo tanto el profeta y/o cualquier manifestación de lo profético siempre debe ser controlado y hallado en armonía con ambos, por ello, toda profecía debe ser juzgada (1 Cor 14:29).



Las tareas del ministerio profético y lo profético en este tiempo.

La destrucción de las fortalezas, argumentos y altiveces que se opongan al conocimiento de Dios (2 Cor 10.3-6).

Que las personas sean salvas en forma masiva y vengan al conocimiento de Dios y se realice el último gran avivamiento profetizado antes de los tiempos del fin (Hch 2.17-18).

Conducir a la Iglesia en el proceso de que los hijos de Dios sean verdaderamente hijos (Efe 1.17-19), discípulos (Mat 28.18-20), santos (1 Ped 1.13-16).

Mat 6:9-10. Para establecer la manifestación del Reino de Dios (aún de manera imperfecta) y que cada uno de nosotros, sus hijos e hijas, funcionemos en plenitud como sal de la tierra y luz del mundo (Mat 5:13-16) y como levadura transformadora del mundo (Mat 13:33) para la gloria de Dios (Col 3:22-24).

Efe 4:11-13. Son necesarios, como una parte de los oficios ministeriales, para el cumplimiento del propósito pleno de Dios para Su Iglesia con respecto a cada santo: su perfeccionamiento en todas las áreas de la obra del ministerio y la vida para que el Reino de Dios sea establecido en él, sus relaciones y sus actividades.


05 Ago 2009