Estudio Bíblico

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La organización de la Iglesia.



LA COSMOVISIÓN CRISTIANA BÍBLICA (26).

LA ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA.
(La Iglesia de la Ciudad).



Introducción.
Las ciudades y las naciones en la Biblia, y por ende, para Dios y Su plan, son de una importancia primordial.
Ciudad (es) se menciona 1,180 veces (en la RV60).
Nación (es) se menciona 548 veces (en la RV60).
Mat 28:18-20 nos habla de la importancia de evangelizar las naciones, pero para comenzar a evangelizar las naciones la instrucción que el Señor les dio a sus discípulos en Hch 1:8 fue que comenzarán en Jerusalén (la ciudad), siguieran a Judea (la nación) y posteriormente a otras naciones, obviamente comenzando con las ciudades principales de las mismas.
"Las ciudades son la mente y el corazón de las naciones" (John Dawson, "La reconquista de tu ciudad").
"Las ciudades son la cúspide de la sociedad en donde las ideologías, la cultura y las modas nacen, se desarrollan y fluyen para influenciar a toda su población" (Floyd McClung, "Viendo nuestras ciudades a través de los ojos de Dios").
En el Antiguo Testamento, la presencia de Dios se estableció en la ciudad de Jerusalén donde Salomón construyó el Templo.
Cuando sea el fin de estos tiempos, descenderá del cielo una santa ciudad, la Nueva Jerusalén, que será el tabernáculo de Dios con los hombres y El morará con ellos en esa ciudad (Apo 21:2-3).
La restauración de la obediencia a la Palabra de Dios en Israel después de la destrucción de los muros de Jerusalén y de la dispersión comenzó con la edificación de los muros de la ciudad, que es equivalente a la restauración de la ciudad.



La niveles de agrupación de los creyentes en la iglesia.
La iglesia que el Señor Jesucristo vino a fundar es una sola (Hch 2:47, 1 Cor 12:12, 1 Cor 12.18),
conformada por todos los que creen en Su Nombre y a quienes les dio potestad de ser llamados
hijos de Dios (Jn 1:12).
Los niveles básicos que encontramos en la Biblia respecto a la agrupación de las personas en la
iglesia son:
"Donde dos o tres se reunen en Su Nombre" (Mat 18:20).
Las casas (Col 4:15, 1 Cor 16:19, Hch 16:32).
Las sinagogas (las equivalentes a las iglesias locales de hoy, Hch 9:20, Hch 13:5, Hch 22:19), que generalmente, por la cantidad de habitantes en cada ciudad de los tiempos bíblicos, era una sola.
La ciudad (Hch 8:1, Hch 11:26, Hch 13:1, Hch 15:4, 1 Cor 14:23, Tit 1:5, 1 Cor 1:2)
Agrupaciones por áreas geográficas (Acaya -2Cor 1:1-; Galacia -1 Cor 16:1-; Macedonia -2 Cor 8:1-; Judea -Gal 1:22, 1 Tes 2:14-; Asia -Apo 1:4, 1 Cor 16:19-; las iglesias de los gentiles -Rom 16:4-)
La iglesia global.



La iglesia de la ciudad o de un área geográfica más amplia.
A pesar de que la Biblia al referirse a la Iglesia establece varios niveles de agrupación de los creyentes, sin embargo el mayor énfasis se hace, después de las iglesias en las casas, en las iglesias a nivel de ciudad y a nivel de áreas geográficas, es decir, el agrupamiento de cuerpos de creyentes correspondientes a un área geográfica específica y que son consideradas como una sola para los fines de dirección, corrección y enseñanza.
El modelo organizacional de la iglesia deviene del modelo judío, que siendo un solo pueblo, si bien tenía diferentes lugares de reunión (sinagogas, Hch 15:21) tenía un solo templo (Jerusalén) y eran una sola congregación, dirigidos por el Sumo Sacerdote, acuerpado por un consejo (el Sanedrín).
Jesús, si bien introduce el modelo de congregarse y reuniones en las casas, no elimina el modelo judío sino que lo asume también de tal manera que El enseñaba en el templo y también en casas (Mat 4:23, Mat 9:35).
La Iglesia del Libro de Hechos se reunía en el templo y por las casas (Hch 2:;46, Hch 5:42).
Pablo, cuando se dirige a las iglesias a su cargo, no se dirige a la iglesia de la primera avenida y decima calle de la zona 1 de Corinto o Efeso o Tesalonica. Más bien se dirige a toda la iglesia que está en determinada ciudad: Corinto, Efeso, Tesalónica, etc., o en determinada área geográfica
En el último mensaje de Cristo a las iglesias contenido en Apo 2 y 3, las agrupaciones a las cuales El se dirige son también iglesias de las ciudades, independientemente de que hubiera más de una (que seguramente debía ser por la expansión del Evangelio dentro de ellas), tomándolas como una unidad.
Por lo tanto podemos deducir que el modelo de la Iglesia que Jesús fundó es un modelo de iglesia que funciona en unidades pequeñas (casas, templos) unidas por áreas geográficas (ciudad) a cargo de ministros (Tit 1:5), que se reunen bajo una autoridad global en áreas geográficas más amplias (iglesias de judíos e iglesias de gentiles, Rom 16:4) hasta llegar al nivel global (el Concilio de la Iglesia de Jerusalén, Hch 15:6-31).



La necesidad de un nuevo modelo relacional entre las iglesias locales.
La eficiencia de la Iglesia del Libro de Hechos, que necesita ser restaurada en la Iglesia en cumplimiento de las profecías de la Palabra de Dios concernientes a los tiempos previos a la segunda venida de Cristo, fue lograda por medio del trabajo unido de todas las iglesias ubicadas en una determinada área geográfica.
Obviamente, muchos podrán estar en desacuerdo con esta aseveración, sin embargo, una de las características que está tomando la operación de la iglesia, principalmente en nuestro país, es el aparecimiento de una nueva forma de agrupamiento de las iglesias en la forma de coordinadoras de pastores de ciudades y aún regiones, que están surgiendo de manera espontánea por todas partes, y en las cuales están participando incluso los pastores de iglesias pertenecientes a organizaciones denominacionales.



La necesidad de la iglesia de la ciudad.
Por iglesia de la ciudad debemos entender la agrupación de las iglesias locales de un área geográfica determinada, sin consideraciones a sus formas organizacionales, ni doctrinas secundarias, ni lealtades denominacionales, y que a pesar de sus diferencias en estos temas y otros secundarios, se unen para el trabajo coordinado de recuperar esa área geográfica para Cristo y para establecer el Reino de Dios en ella.
El modelo de iglesia de ciudad responde también a una necesidad estratégica para liberar las áreas que el enemigo ha tomado para sí.
Por el pasaje del endemoniado gadareno en Mar 5:1-20 entendemos que los demonios están asignados a una determinada región. Por ello los demonios que tenían atormentado al endemoniado gadareno le rogaron mucho a Jesús que nos los enviara fuera de aquella región (Mar 5:10).
En Dan 10:13-20 la Palabra identifica a un demonio como el príncipe de Persia y a otro como el príncipe de Grecia, aludiéndo, obviamente, a demonios que tenían jurisdicción sobre esas áreas.
La Palabra también identifica a los demonios con categorías geográficas, cuando se refiere a ellos como:
• Principados y potestades (Efe 3:10).
• Principados, potestades, gobernadores, huestes (Efe 6:12).
• Tronos, dominios, principados, potestades (Col 1:16)
• Fortalezas (2 Cor 10:3-6).
Las fiestas patronales, que no son otra cosa que la consagración de determinadas áreas geográficas a demonios que están generalmente detrás de las representaciones (ídolos, 1 Cor 10:19) de esos "supuestos" patronos de las localidades, corresponden a las asignaciones territoriales dadas a esos demonios en el reino de las tinieblas (Heb 11:3).
Por lo tanto, la Iglesia, para imponerse a esas categorías geográficas de demonios, que tienen bajo su control áreas geográficas determinadas, debe hacerlo también desde una perspectiva y en unidad geográfica.
Si vamos a liberar barrios debemos hacerlo en unidad todas (o por lo menos una buena parte de) las iglesias del barrio.
Si vamos a liberar ciudades debemos hacerlo en unidad todas (o por lo menos una buena parte de) las iglesias de la ciudad y así sucesivamente.
Notemos que cuando Pablo se refiere a este tipo de tarea no habla a una iglesia en particular, sino a la iglesia en general situada en esa área geográfica (Efe 3:10).



El valor de la unidad geográfica: casa dividida no prevalece.
Mat 12:25: "Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá."
Amo 3:3: "¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?"



Conclusión.
El establecimiento del Reino de Dios en una región geográfica, como antesala a su establecimiento en la nación, no es posible a partir de una iglesia dividida en esa región geográfica.
En consecuencia, sin que sea necesario desaparecer las organizaciones denominacionales de la iglesia, hay que impulsar una nueva forma de unidad de las iglesias en el nivel local, cuya expresión bíblica es la Iglesia de la ciudad.
La iglesia debe cambiar su mentalidad, regresando al espíritu de la Biblia de la unidad de las iglesias en el nivel local, redescubriendo el valor de esa unidad para recuperar las áreas geográficas en las cuales están ubicadas, y desarrollando cada vez más, nuevas y mejores formas de cooperación y colaboración en el logro del propósito de Dios de establecer el Reino en esas regiones, priorizando este propósito por encima de los propósitos denominaciones y particulares de las iglesias locales.


BIBLIOGRAFÍA.

Apóstoles de la Ciudad.
C. Peter Wagner.
Editorial Vida, Miami. Florida, 2004.

27 Jun 2009
Referencia: Tema No. 26.