Col 1:12-2. Hermanos en Cristo y de Cristo.
• Hermanos (hermano, hermanos, 903 veces en la Biblia en español)(120 veces unos a otros, unos con otros).
• En el judaísmo, del cual provenía Pablo, solo se llamaba hermanos a los que profesaban la misma fe judía.
• Sin embargo en este pasaje está usando el término hermano para referirse a gentiles (lo cual era contrario a la costumbre judía).
• Ello denota que Cristo, de los dos pueblos hizo uno solo (Efe_2:14-15).
• Por lo tanto, nosotros, los creyentes en Cristo, somos no solo parte del verdadero pueblo de Dios, el sino además de ello Su familia por cuanto hemos sido adoptados en Cristo (Rom_8:15-16).
• No necesitamos sobredimensionar al Israel terrenal e infravalorar a la Iglesia, la familia de Dios.
• Por amor a nuestro Padre amamos, respetamos y valoramos a Israel y Jerusalén.
• Por amor a nuestro Padre amamos aún con mayor intensidad a la familia de Dios.
• Esta palabra no debería ser solo un tratamiento social, sino un reconocimiento de que todos los creyentes en Cristo estamos unidos en un solo Cuerpo, pertenecemos a un solo Padre, vamos en una sola dirección, tenemos un solo objetivo: glorificar el Nombre de Cristo en todas las formas posibles, en todos los ámbitos de nuestra vida.
• Es la señal de un compañerismo unificador, más aún, de un parentesco real, que nos debería comprometer a borrar cualquiera y todas las líneas de separación que la sociedad y/o el mundo nos hubiera trazado.
• Y además nos debería mover a servir con intensidad a nuestros hermanos en la fe en todo aquello que nos sea posible (Fil_2:3-4).
• Ser humildes para con ellos, sin contienda o por orgullo, sea el lugar que sea en donde estén, las doctrinas secundarias que profesen, la denominación a la que pertenezcan, etc.
• En otras palabras, a ser expresiones de la unidad que Cristo oró al Padre, ser la expresión de la respuesta de Dios a la oración de Cristo (Jua_17:21).
Y todo ello es posible porque:
• Estamos en Cristo.
• Solo porque estamos en Cristo somos santos, no por nuestro esfuerzo o por seguir cualquier otra creencia (2Co_5:17, Heb_10:10, Heb_10:14, 1Co_6:11, 1Co_1:2).
• Tenemos Su Gracia y paz.
• La gracia de Dios nos trae paz con Dios, con el prójimo y con nosotros mismos (espíritu, alma y cuerpo).
• La gracia nos libera de la frustración de nuestras debilidades, imperfecciones y fracasos, y de la meritocracia.
• La gracia es la llave al poder de Dios que transforma nuestras debilidades, imperfecciones y fracasos en la oportunidad para la manifestación de la gloria de Dios (2Co_12:9) y sustituye la meritocracia por nuestra posición como hijos del Padre, amados, cuidados, obedientes, bendecidos, etc. (Jua_1:12, Rom_8:15-17).
• De Cristo.
• Como Sus mensajeros, no tenemos libertad para transformar Su mensaje (Gal_1:7-8).
• En todos los roles mencionados, necesitamos dar el mensaje que Dios nos da, no lo que quieren oír los hombres, (2Ti_4:3-4, 2Ti_3:1-5, 2Ti_3:16-17, 2Ti_4:1-2).
• La Iglesia está fundada sobre Cristo como la piedra angular (Sal_118:22, Efe_4:11, Efe_2:20) y las doctrinas enseñadas por Jesús, los apóstoles y los profetas.
• Como mensajeros debemos conocer cada vez de una manera más completa, el consejo completo de la Palabra (Cristo es la Palabra) (Hch_20:27, Hch_20:20).
• No tenemos ninguna autorización para agregarle, quitarle, transformarla, alivianarla, cambiar el enfoque, etc. (Apo_22:18-19).
• Por la voluntad de Dios.
• Su autoridad y autorización procedía de la voluntad de Dios.
• Todos somos llamados al ministerio (servicio) de Dios (Isa_41:9-10, Efe_2:10).
• Somos llamados al ministerio por Dios, no por hombres (Efe_4:8, 2Pe_1:3, 1Co_7:17, 1Co_12:4-7) sino por Él, en el momento mismo de nuestra salvación.
• Rendiremos cuenta ante Él de ese llamado (Rom_14:10, 2Co_5:10).
• A quien necesitamos agradar con nuestras actividades de servicio en general es a Dios, no a los hombres (Col_3:23-24. 1Ts_2:4, 2Ti_2:4, 1Ts_4:1).
• Si buscamos agradar a los hombres entonces somos siervos de los hombres y no de Dios (Gal_1:10).
• En el judaísmo, del cual provenía Pablo, solo se llamaba hermanos a los que profesaban la misma fe judía.
• Sin embargo en este pasaje está usando el término hermano para referirse a gentiles (lo cual era contrario a la costumbre judía).
• Ello denota que Cristo, de los dos pueblos hizo uno solo (Efe_2:14-15).
• Por lo tanto, nosotros, los creyentes en Cristo, somos no solo parte del verdadero pueblo de Dios, el sino además de ello Su familia por cuanto hemos sido adoptados en Cristo (Rom_8:15-16).
• No necesitamos sobredimensionar al Israel terrenal e infravalorar a la Iglesia, la familia de Dios.
• Por amor a nuestro Padre amamos, respetamos y valoramos a Israel y Jerusalén.
• Por amor a nuestro Padre amamos aún con mayor intensidad a la familia de Dios.
• Esta palabra no debería ser solo un tratamiento social, sino un reconocimiento de que todos los creyentes en Cristo estamos unidos en un solo Cuerpo, pertenecemos a un solo Padre, vamos en una sola dirección, tenemos un solo objetivo: glorificar el Nombre de Cristo en todas las formas posibles, en todos los ámbitos de nuestra vida.
• Es la señal de un compañerismo unificador, más aún, de un parentesco real, que nos debería comprometer a borrar cualquiera y todas las líneas de separación que la sociedad y/o el mundo nos hubiera trazado.
• Y además nos debería mover a servir con intensidad a nuestros hermanos en la fe en todo aquello que nos sea posible (Fil_2:3-4).
• Ser humildes para con ellos, sin contienda o por orgullo, sea el lugar que sea en donde estén, las doctrinas secundarias que profesen, la denominación a la que pertenezcan, etc.
• En otras palabras, a ser expresiones de la unidad que Cristo oró al Padre, ser la expresión de la respuesta de Dios a la oración de Cristo (Jua_17:21).
Y todo ello es posible porque:
• Estamos en Cristo.
• Solo porque estamos en Cristo somos santos, no por nuestro esfuerzo o por seguir cualquier otra creencia (2Co_5:17, Heb_10:10, Heb_10:14, 1Co_6:11, 1Co_1:2).
• Tenemos Su Gracia y paz.
• La gracia de Dios nos trae paz con Dios, con el prójimo y con nosotros mismos (espíritu, alma y cuerpo).
• La gracia nos libera de la frustración de nuestras debilidades, imperfecciones y fracasos, y de la meritocracia.
• La gracia es la llave al poder de Dios que transforma nuestras debilidades, imperfecciones y fracasos en la oportunidad para la manifestación de la gloria de Dios (2Co_12:9) y sustituye la meritocracia por nuestra posición como hijos del Padre, amados, cuidados, obedientes, bendecidos, etc. (Jua_1:12, Rom_8:15-17).
• De Cristo.
• Como Sus mensajeros, no tenemos libertad para transformar Su mensaje (Gal_1:7-8).
• En todos los roles mencionados, necesitamos dar el mensaje que Dios nos da, no lo que quieren oír los hombres, (2Ti_4:3-4, 2Ti_3:1-5, 2Ti_3:16-17, 2Ti_4:1-2).
• La Iglesia está fundada sobre Cristo como la piedra angular (Sal_118:22, Efe_4:11, Efe_2:20) y las doctrinas enseñadas por Jesús, los apóstoles y los profetas.
• Como mensajeros debemos conocer cada vez de una manera más completa, el consejo completo de la Palabra (Cristo es la Palabra) (Hch_20:27, Hch_20:20).
• No tenemos ninguna autorización para agregarle, quitarle, transformarla, alivianarla, cambiar el enfoque, etc. (Apo_22:18-19).
• Por la voluntad de Dios.
• Su autoridad y autorización procedía de la voluntad de Dios.
• Todos somos llamados al ministerio (servicio) de Dios (Isa_41:9-10, Efe_2:10).
• Somos llamados al ministerio por Dios, no por hombres (Efe_4:8, 2Pe_1:3, 1Co_7:17, 1Co_12:4-7) sino por Él, en el momento mismo de nuestra salvación.
• Rendiremos cuenta ante Él de ese llamado (Rom_14:10, 2Co_5:10).
• A quien necesitamos agradar con nuestras actividades de servicio en general es a Dios, no a los hombres (Col_3:23-24. 1Ts_2:4, 2Ti_2:4, 1Ts_4:1).
• Si buscamos agradar a los hombres entonces somos siervos de los hombres y no de Dios (Gal_1:10).
28
Abr
2024