Estudio Bíblico

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El carácter del discípulo (18): el dominio propio.



EL CARÁCTER DEL DISCÍPULO (18).
(La búsqueda de la excelencia).


EL DOMINIO PROPIO.



Objetivos de la enseñanza.
Desarrollar el concepto bíblico del dominio propio, entenderlo y aplicarlo en nuestra vida.
Conocer la verdad acerca del dominio propio desde la perspectiva de Dios y renovar nuestra mente al respecto.
Conocer las consecuencias del dominio propio para nuestras vidas.
Incorporar el dominio propio a nuestro estilo de vida.
Conocer, entender, aplicar y desarrollar el fruto del Espíritu en nosotros para que esté disponible para aplicarlo en todo lo que se refiere a nuestra vida.


Definición.
La mansedumbre se refiere a nuestras reacciones con respecto a las demás personas y a Dios, en tanto que el dominio propio se refiere a nuestras reacciones frente a las cosas, las situaciones y las obras del diablo.
Es el fruto de la operación del Espíritu (Gal 5:22-23) y el resultado de la imagen de Dios en nosotros (Gen 1:26-27).
Es lo mismo que templanza y manifiesta el gobierno del amor sobre nosotros.
Es la moderación en cuanto a responder frente a los apetitos, pasiones y reacciones de la carne.
Implica ejercer el control sobre toda situación, siendo firmes y teniendo solidez y resistencia en medio de ella (Job 22.28, Job 41:24).
Es una persona que tiene temple, es decir que su carácter, como el del metal, ha sido probado a través del fuego de las situaciones de la vida y no se ha doblegado ante ellas, ha resistido los impulsos y deseos de la carne y mantenido sus virtudes, y aún más, mejorando con ello.
Que no cede ante las tentaciones ni ante el pecado.
Que puede resistir la presión de los problemas y la fricción de situaciones delicadas, sin alterarse, sin perder el control.
No huye de los problemas sino que los enfrenta y resuelve (Sant 1:8).
Permanece en el camino de propósito a pesar de las presiones, los golpes, los cambios y la tensión.
No se obtiene de la vida fácil, sino en la tempestad de las dificultades.
Solo puede adquirirse y medirse bajo el peso de las vicisitudes y problemas de la vida.


Beneficios del dominio propio.
Nos impide caer en la tentación del pecado.
Nos mantiene en el control de las situaciones adversas.
Permanecer en el camino del Señor y perseverar obteniendo el cumplimiento del propósito y de las promesas que El nos ha hecho.
No tendremos temor de malas noticias y nuestro corazón estará confiado en el Señor (Sal 112:7).
No es de doble ánimo y por tanto recibe bendiciones del Señor (Sant 1:8).


Preguntas para autoevaluación.
¿Cuál es el significado bíblico del dominio propio?
¿Por qué el dominio propio es necesario para el discípulo?
¿Cuál es la fuente más relevante del dominio propio?
¿Cuáles son los resultados más importantes del dominio propio?
¿Qué necesito hacer, cómo y cuando, para que mi vida manifieste más dominio propio?

23 Dic 2008
Referencia: Enseñanza 34.