Estudio Bíblico

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Jesús, la gracia y la ley.



JESUS, LA GRACIA Y LA LEY.



Objetivos de la enseñanza.
Ampliar y mejorar nuestro entendimiento acerca de dos temas claves en las Escrituras y de nuestra relación con Dios.
Aclarar más ampliamente conceptos equivocados que se manejan dentro de algunos sectores del Cuerpo de Cristo respecto a ambos conceptos.
Mejorar nuestra utilización y aplicación de ambos conceptos adecuadamente en nuestra vida personal y hacia las demás personas.


Jesus y el cumplimiento de la ley.
La palabra “abolir” usada por Jesús tiene el significado de “aflojar” o “invalidar”, y Jesús dijo que El no había venido a abolir la ley, es decir, no vino a aflojar sus demandas morales o a invalidarlas. Más bien vino a cumplirlas, y al hacerlo así, nos dejó ejemplo para que nosotros hiciéramos lo mismo (Jn 13:15).
Por otra parte, “cumplir” significa “llenar plenamente”. Y Jesús vino a completar y a cumplir la Ley plenamente y a revelar toda la profundidad de su significado. Sus enseñanzas en el Sermón del Monte ponen en claro que si bien los aspectos ceremoniales ya no serían necesarios porque tendrían su perfecto cumplimiento en El, los principios morales y espirituales que encierra la ley serían imperecederos y de continua validez.
Jesús cumplió la ley en por lo menos cinco aspectos.
• Reinterpretándola.
• Históricamente.
• Vicariamente.
• Sacrificialmente.
• Exegéticamente.


Cumplimiento reinterpretándola. Jesús vino a liberar a la Ley (y con ello a todos nosotros) de la interpretación falsa y trivial que habían hecho los fariseos con todo el conjunto de preceptos humanos que constituían, según ellos, el cumplimiento de los preceptos de la ley, y que estaban orientados al cumplimiento externo, pero no al cambio interno que era necesario. Al declarar el verdadero significado espiritual de la ley, la liberó de las ataduras legalistas y reinterpretó sus demandas a la luz del propósito de Dios. Todo el Sermón del Monte trata de esta reinterpretación.

Cumplimiento histórico. Desde su concepción hasta su resurrección, su vida fue el cumplimiento de las tipologías y profecías del Antiguo Testamento que habían sido enunciadas, es decir, su vida es el cumplimiento de las profecías y promesas de la ley con respecto a su venida.

Cumplimiento vicario. Por Su obediencia, satisfizo las demandas de la Ley necesarias para liberar a sus discípulos de la maldición (Gal 3:13-14). Incorporó a su propia vida y ministerio sus principios, y los cumplió para beneficiarnos a nosotros (Heb 4:15), que tan manifiestamente fracasamos. De este modo, reunió los requisitos necesarios para poder ocupar nuestro lugar.

Cumplimiento sacrificial. Satisfizo todas las demandas de la Ley, porque El cargo en su cuenta nuestra deuda y la pagó. En su muerte satisfizo plenamente las sanciones de la Ley por medio de Su propia Sangre, y cargó sobre sí el castigo de nuestro incumplimiento (Isa 53:6-11).

Cumplimiento exegético. La cumplió demostrando su verdadero significado y revelando su profunda aplicación espiritual. Promulgó una ética del amor que es el cabal cumplimiento de la Ley (Rom 13.10). Sus declaraciones también confirmaron la armonía, unidad y continuidad del Antiguo y el Nuevo orden que estaba iniciando. Como ambos provienen de la misma fuente, forman una sola pieza. El Antiguo Testamento es el Evangelio en capullo, y el Nuevo Testamento es el Evangelio en flor. Aunque no era imperfecta, la antigua revelación era incompleta y Jesús vino a completarla.


Preguntas para autoevaluación.
¿Qué significados tiene la palabra abolir?
¿Qué significa que Jesús no vino para abolir la ley?
¿Qué aspectos de la ley ya no están vigentes en este tiempo y cuáles si?
¿En qué sentidos Jesús es el cumplimiento de la ley?
¿En qué sentido Jesús cumplió la ley reinterpretándola?
¿En qué sentido Jesús es el cumplimiento histórico de la Ley?
¿En qué sentido Jesús es el cumplimiento vicario de la Ley?
¿En qué sentido Jesús es el cumplimiento sacrificial de la ley?
¿En qué sentido Jesús es el cumplimiento exegético de la ley?



23 Dic 2008
Referencia: Enseñanza 15.