Estudio Bíblico

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El año agradable del Señor (3). Cristo en nosotros, la esperanza de gloria (2).



Llenándonos de este misterio.
Es habitar con Cristo y en Cristo, y ello implica que:
• Cristo habita por la fe en nuestros corazones.
• En principio, que estamos siendo perfeccionados por el Espíritu Santo (Fil_1:6).
• Aunque parcialmente, Su Gloria está en nosotros, Su carácter, Su fruto (Efe_3:17, 2Co_3:18, Gal_5:22-23).
• Obediencia, no en nuestras fuerzas sino en el poder de Dios (Sal_119:105, Rom_8:14).
• Ya no vivimos para nosotros mismos, vivimos para Él (lo que vivimos en lo terrenal lo vivimos en la obediencia a Él) (Gal_2:20).
• Cristo es nuestro todo. Él es la plenitud de Dios que todo lo llena en todo (Col_3:11, Efe_1:23).
• Él es nuestro enfoque de vida, nuestro centro, buscamos la dirección de nuestra vida en Él.
• Nuestra vida está escondida con Cristo en Dios, protegida, guardada, segura (Col_3:3).
• Nos esforzamos en quitar todos los obstáculos en nuestra mente y corazón que el diablo estableció en nosotros para que no alcancemos todas las bendiciones que por Gracia podemos tener en la vida terrenal (2Co_10:4-5, 2Ti_2:1, 2Ti_3:15, Flm_1:6, Mat_11:12).

¿Qué abarca este misterio?
• Todos los aspectos involucrados en la Salvación y el Señorío de Cristo en nosotros.
• El cumplimiento de las promesas.
• La obediencia a los mandamientos de la Palabra de Dios, sin dejar nada por fuera.

Algunos de esos beneficios son:
• La salvación (vida eterna), justificación (perdón de pecados e inocencia) y redención (rescatados de la potestad de las tinieblas) (Rom_3:24, Gal_2:16, Efe_4:32, Rom_8:1).
• Que andemos en vida nueva, somos nuevas criaturas.
• Somos hechura de Dios creados en Cristo para buenas obras que Él preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (2Co_5:17, Rom_6:3, Rom_6:3-4, Efe_2:10).
• Ya no somos más esclavos de las obras del pecado (Rom_8:2).
• Estamos muertos al pecado (la vieja vida en la que éramos esclavos) y vivos para Dios en Él (la nueva vida en libertad, pero con responsabilidad) (Rom_6:11).
• Somos santos y fieles (Gal_5:1, 2Ti_1:9).
• Si Él vive en nosotros, aunque nuestro cuerpo está muerto a causa del pecado, el espíritu vive a causa de la justicia, y somos libres del pecado, de la muerte, de la carne, del mundo, del diablo, de las obras de las tinieblas (Rom_8:10).
• Somos hechos hijos de Dios reconciliados con el Padre, adoptados y hechos Sus herederos y coherederos con Cristo y estamos seguros en ello porque nada nos puede separar de Su Amor (2Co_5:19, Gal_3:26, Jua_1:12, Rom_8:17, Rom_8:39).
• Vivimos bajo un nuevo pacto, un Pacto de Gracia, que implica que la gracia plena (favor inmerecido para vivir en todas las facetas del pacto: obediencia y bendiciones) nos es dada en Él (es solo para los hijos de Dios, los salvos) y aplica sin restricciones no solo para la salvación sino para toda nuestra vida como creyentes (1Co_1:4, Efe_1:3-9, 2Pe_1:3-4).
• La provisión de nuestras necesidades ya no depende de las circunstancias, habilidades, capacidades, situaciones del mercado, etc., sino que corren a cargo del Señor a través de los canales que Él designe (salario, negocio, etc.) y sin importar las circunstancias externas a las que estemos sujetos (Fil_4:19, Sal_23:1).
• Una vez satisfecha la deuda de nuestros pecados por Cristo en la Cruz, ahora vivimos en la justicia (la obediencia a Sus mandamientos) y por ello tenemos paz para con Dios y Su Paz nos guarda y todo ello nos llena de Su Gozo (Fil_4:7, Rom_14:17).
• Con la ayuda del Espíritu Santo que nos ha sido dado, todo lo podemos (Fil_4:13, Isa_11:2, 1Co_1:30).
• Estamos completos en Él, en Él tenemos todo lo que necesitamos: salvación, sanidad, liberación, restauración, provisión, protección, seguridad, fortaleza, identidad, aceptación, amor, gozo, paz, justicia, etc. (Col_2:10).
• Si estamos en Él tenemos la seguridad de que nosotros y todos los nuestros seremos resucitados con Cristo en el arrebatamiento de la Iglesia y vivificará (resucitará) nuestros cuerpos mortales (Hch_16:31, 1CO_15:22, Rom_8:11).
• Él nos lleva de triunfo en triunfo, de gloria en gloria, en todas las cosas somos más que vencedores, y no solo no nos derrotarán, sino que además saldremos victoriosos de todas ellas y nada ni nadie nos podrá separar de Su Amor por la eternidad (2Cor_2:14, 2Co_3:18, Rom_8:28-29, Rom_8:37, Rom_8:39).
Basten estos como ejemplo de lo maravilloso que es conocer y vivir esta revelación de Cristo en nosotros, la esperanza de gloria.

13 Feb 2024
Referencia: Vida plena.