Estudio Bíblico

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Crecimiento espiritual equilibrado.



DESARROLLANDO BALANCEADAMENTE NUESTRA VIDA.
(Propósito).


El Señor nos creó para Su propósito. Ese propósito abarca, por lo menos, cinco grandes áreas o temas:
• Adoración (relación con nuestro Padre, Dios; amar a Dios con todo nuestro ser).
• Comunión (relación con nuestros hermanos en la fe, amar al prójimo, comenzando por nuestros hermanos en la fe).
• Discipulado (crecimiento espiritual y en nuestro carácter, amarnos a nosotros mismos es obedecer al Señor para que nos vaya bien en todos los aspectos de nuestra vida).
• Servicio (la forma práctica de demostrar el amor por el prójimo en general).
• Evangelismo (la forma práctica de demostrar amor por el prójimo que está perdido).

El propósito del Señor es que operemos y nos desarrollemos en todas esas áreas pero en equilibrio.
• Es como el desarrollo de un atleta completo: aunque sea corredor, no va a desarrollar solo sus piernas, sino que necesita desarrollar sus brazos, cintura, pecho, mente, para poder ser un atleta completo.
• De la misma manera, cada uno de nosotros necesitamos desarrollarnos en cada una de esas áreas o temas del propósito de Dios para nuestras vidas de una manera integral (en todos), equilibrada (cuidando de todas al mismo tiempo).

Como encontramos plasmado en la Biblia, esos cinco propósitos los vemos manifiestos en el ejemplo de la Iglesia del Libro de Hechos (Hch_2:41-47), y en las enseñanzas de Jesús y los apóstoles (Jua_17:1-26)(Efe_4:11-16).
• Jesús los resume en el Gran Mandamiento (Mat_22:36-40) y en la Gran Comisión (Mat_22:19-20).

Si bien es cierto que alguno de esos propósitos puede atraernos más que los otros, ello no implica que solo desarrollemos uno y dejemos de lado los otros. Necesitamos desarrollar los cinco para una vida integral y en bendición abundante del Señor (1Ts_5:23)(3Jn_1:2)(Jua_10:10)(Deu_28:1-2).

¿Cómo desarrollar balanceadamente los cinco propósitos?
• Participando en un grupo pequeño además de nuestra asistencia contínua a las actividades congregacionales (Hch_2:41-47)(Heb_10:25)(Sal_133:1-3).
• Evaluando regularmente nuestra vida y desarrollo espiritual (Sal_119:59, 1Co_11:31)(2Co_13:5).
• Llevando un registro de nuestros progresos (Pro_4:18).
• Compartiendo con otros lo que hemos aprendido (2Ti_2:2).

Por otro lado, la Palabra nos enseña que todo lo que Dios nos da, todo lo que corresponde al Reino de Dios, es como una semilla, como un grano de mostaza (Mat_13:31-32). La semilla para convertirse en un árbol necesita:
• Morir.
• Regarse.
• Abonarse.
• Limpiar la tierra.

Para desarrollarnos espiritualmente necesitamos la firme convicción, el enfoque, de la necesidad de morir a nosotros mismos, porque la carne, el ego, el falso yo, es contraria al Espíritu, y el Espíritu es contrario a la carne (Rom_8:5-7).
• Por ello Juan el Bautista nos enseña que es NECESARIO que nosotros mengüemos (decrezcaos, muramos) y que Cristo en nosotros crezca (Jua_3:30).
• Jesús también enseñó lo mismo (Mat_16:24-26).
• La semilla para convertirse en planta necesita morir, si se mantiene como semilla jamás va a transformarse y convertirse en una planta (Jua_12:24).
Cualquier progreso en el área espiritual significa el fin de algún aspecto de la carne, de la vieja manera de vivir. No puede haber progreso en la vida en Dios sin morir a nosotros mismos.

La conversión de la semilla en planta requiere también del agua. Sin agua la planta se seca y muere.
• En la Palabra el agua representa:
• En primer lugar, la Palabra de Dios (Jua_15:1-5).
• Separados de ella, sin que permanezcamos en ella, es imposible que demos fruto eterno (entre ellos, el crecimiento espiritual) (Efe_4:22-24)(Rom_12:2)(3Jn_1:2).
• En segundo lugar, el Espíritu Santo (Jua_7:38-39).
• El Espíritu Santo es el que nos enseña lo más profundo de la Palabra guiándonos a toda verdad (la Palabra es la Verdad), nos la recuerda, nos da el poder de obedecerla (Jua_16:13-14, Jua_14:26, Eze_36:27, Jua_14.15-17).
• Coo ríos de agua vivia que corren en nuestro interior, el Espíritu Santo:
• Nos limpia de toda contaminación de la carne.
• Nos ayuda a hacer orir las obras de la carne en nosotros (Rom_8:13).
• Nos ayuda a abrir el camino al crecimiento espiritual, es el poder para ello (Rom_8:26, Hch_1:8).
• Por el otro lado, la Palabra es Jesús encarnado, y la Palabra (Cristo) en nosotros es la esperanza de gloria (Gal_2:20, Col_1:27).

Para que la planta crezca sana y fuerte necesita ser abonada.
• El abono es congregarnos con otros hermanos (en la Iglesia y en grupos pequeños, Hch_2:41-47).
• Congregarnos en un mandato del Señor (Heb_10:25).
• Pero también es una necesidad de nuestra nueva naturaleza y del crecimiento espiritual (Sal_133:13).

Finalmente, para un crecimiento sano y fuerte de la planta se necesita limpiar la tierra de todo aquello que pueda impedir su crecimiento.
• Si la tierra es nuestro corazón, donde la semilla es sembrada, entonces limpiar la tierra significa limpiar el corazón (morir a las obras de la carne):
• Destruyendo toda fortaleza, argumento y razonamiento falso que se levantan en contra del conocimiento de Dios y de la obediencia a la Palabra (2Co_10:4-5).
• Guardando nuestro corazón porque de Él mana la vida (Pro 4:23).
Como nuestros pensamientos determinan quienes somos y que hacemos (Pro_23:7), necesitamos guardar nuestros pensamientos (Fil_4:8) llenándolos de la Palabra de Dios (Sal_1:1-3) para que nos vaya bien en todo lo que hagamos.

29 Ago 2023