Estudio Bíblico

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Identidad vrs imagen.



Identidad real o imagen.

Una parte de la salud integral de una persona (espiritual, emocional y física) es la identidad.
Por ello cuando Dios creó al hombre lo creo con una identidad definida (a la imagen y semejanza de Dios).
De la identidad emana la aceptación, la seguridad, el valor, la pertenencia.

Cuando la serpiente los tentó en el Edén, los tentó precisamente haciéndolos dudar de su identidad.
Ofreciéndoles a cambio de la identidad de Dios (que les hizo dudar) una nueva identidad (que no se cumplió en lo absoluto).

Desde entonces el ser humano ha caminado por la vida buscando su verdadera identidad.
No en lo que es (identidad real).
Sino en lo que hace (imagen, identidad falsa).

Pero Dios estableció un plan para regresarnos a la identidad en Él:
En el Antiguo Testamento Dios con el pueblo de Israel les proveyó una identidad como pueblo de Dios, como, pero ellos no la recibieron.
En el Nuevo Testgamento, en Cristo, Dios nos da una nueva identidad.
Sin embargo, muchos, por la confusión en la que vivieron en su vida antes de Cristo, les cuesta tomar esa identidad y fundamentan su identidad no en lo que son sino en lo que hacen, y como generlamente lo que hacen no es perfecto, su identidad siempre está insegura a pesar de ser creyentes.

Y ello acarrea muchos conflictos espirituales, emocionales y fisicos.
Espirituales: dicen que Dios es Su Padre y que ellos son Sus hijos, pero viven como siervos, en base a títulos, no en base a su identidad.
Emocionales: por la inseguridad de su identidad y la frustración de su imperfección, desarrollan stress, angustia, ansiedad, depresión.
Físicas: la falta de identidad sumada a los males emocionales puede derivar en problemas físicos.

En el mundo muchos buscan construír su identidad en función de lo que hacen y/o los roles que desarrollan, buscan hacerse de una "imagen":
Esposos, padres.
Trabajadores, deportistas.
"Identidad" de género (un buen ejemplo de fundar su identidad en lo que hacen, no en lo que son).
Títulos, posiciones, logros, conocimiento, reconocimientos.
Seguridad económica.
"Diversión", sexo, licor, adicciones, etc.

La imagen se refiere a lo que ven nuestros ojos, lo externo, lo natural, lo temporal.
La identidad se refiere a lo que se es verdaderamente (sin fachadas).
Pro_23:7.
Pro_4:23.
1Sa_16:7.

El engaño de la realizacion externa.
Aún el rey más sabio, famoso y rico que ha existido, cayó en esa trampa (Ecl_2:1-11).
De ese pasaje podemos deducir que todas las cosas que constituyen la realización de lo externo, la imagen, son una mentira, no satisfacen: son
Vanidad.
Aflicción de espíritu.
Sin provecho.
Además todas esas cosas se convierten en nuestros ídolos del corazón (toman el control de nuestras decisiones, tiempo, dinero, energía, etc.).

Los cristianos no estamos inmunes a ello. Salomón era un creyente.

Hoy hay muchos creyentes que basan su "identidad" en la imagen:
Ministros, conocimiento, servicio, agendas llenas, resultados ministeriales, dones, cantidad de seguidores, tamaño de los edificios, posesiones, recursos ministeriales, la imagen que proyectan hacia los demás, reconocimientos, generosidad pública, espiritualidad pública, etc.
Mat_6:1-6.

La verdadera identidad, la base del verdadero éxito en Cristo, es nuestra identidad de hijos:
Jua_1:12, Rom_8:15-16,

Y El verdadero éxito en Cristo no se mide por los logros externos, se mide por el desarrollo de esa identidad en nosotros, por el cumplimiento de la voluntad de Dios:
1Pe_1:14-16, Mat_7:21-23.

Y la voluntad de Dios es la transformación de nuestro carácter para establecer nuestra verdadera identidad (la imagen de Dios en nosotros es el carácter de Dios).
Jua_3:30, Rom_8:28-29, 2Co_3:18, 1Ts_4:3

Porque el carácter emana de la identidad.
 
Todas las cosas en las cuales muchos cristianos basan su falsa identidad (imagen) si bien son cosas que necesitamos hacer como respuesta a nuestra nueva naturaleza, como respuesta al amor del cual ha sido llenado nuestro corazón por el Espíritu Santo, no constituyen ninguna base para ser amados, aceptados, favorecidos y bendecidos por Dios.
Lo que determina que seamos amados, aceptados, favorecidos y bendecidos por Dios es Su Gracia por ser Sus hijos, gracias a lo que Cristo hizo por nosotros en la Cruz.
Todas las cosas en las cuales podemos basar nuestra falsa identidad (imagen) como cristianos pueden convertirse en ídolos que nos desvíen de la verdadera devoción al Padre.
Luc_10:38-42 (Marta y María).
No fuimos creador para "hacedores humanos" sino para "ser humanos".
Cuando vivimos de esa forma es porque estamos dirigidos por la voluntad propia y el rechazo (querer ganar una aceptación que ya tenemos pero de la cual no nos sentimos merecedores).

Ninguna de las cosas que hacemos para desarrollar una "imagen" nos van a resolver la vida.
De hecho nos la van a complicar: el stress de mantener una imagen que no se corresponde con la realidad de nuestro corazón.
Mat_15:19-20 (del corazón sale todo lo malo).

 
Conclusiones.

No encontramos nuestra verdadera y permanente felicidad y satisfacción en las cosas externas o en las personas.
Esas cosas solo son evasiones de los síntomas de los problemas de nuestro corazón, pero que no los resuelven, solo difieren la solución para más adelante.

La verdadera felicidad viene de que nuestro enfoque esté en Dios como el VERDADERO centro de nuestra vida.
Comienza con el reconocimiento de Jesús como nuestro Señor y de la presencia del Espíritu Santo en nuestros corazones que deriva de ese reconocimiento.
Y es el resultado de la transformación que el Espíritu obra en nosotros para formarnos como VERDADEROS hijos de Dios (no solo nominales).

Los problemas del ser humano derivan de lo que hay en su corazón (Jer_17:9-10).
Por lo tanto la solución de todos ellos solo puede ser el resultado de la transformación del corazón, que es la obra de Dios a través de Jesús, la Palabra encarnada, y del Espíritu Santo, nuestro ayudador para esa tarea y otras más.

El verdadero gozo no viene de las cosas que podamos hacer externamente; el verdadero gozo es un asunto del corazón y resulta de buscar internamente y de parecernos cada vez más a Cristo para todo, por todo, en todo.

Necesitamos arrepentirme de todas esas cosas externas que hemos levantado como un falso yo, que en realidad son ídolos ante los cuales nos inclinamos y les servimos, que pueden ser relaciones, posesiones, logros, trabajo y aún la labor cristiana.

La verdadera vida solo proviene de Jesucristo (y de la identidad que Él nos provee como hijos de Dios).

29 Jun 2022