Estudio Bíblico

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Salmo 103 (1).



Alabanza por las bendiciones de Dios.

La condición para el cumplimiento de las bendiciones de Dios establecidas en este Salmo es el temor de Dios (Vrs. 11, vrs. 13 y vrs. 17).
El temor de Dios es: creer que Él es Dios (Mat 11:22), lo que implica que Él es Soberano, Todopoderoso, Omnisciente, Perfecto, Bueno, Amoroso, Santo, y Él manda (no nosotros), y por elllo: honrarlo (tenerlo en el más alto lugar de nuestras vidas (qué Él sea todo), amarlo, obedecerlo (Él que le ama le obedece, Jn 14:15), buscarle de todo corazón (a Él, no sus bendiciones; ellas vendrán por añadidura), alabarle, servirle, etc.
Él temor de Dios es el principio de la sabiduría (obedecer y poner por obra la Palabra para que nos vaya bien en todo; Sal 1:1-3, Jos 1:8, 3 Jn 2).

Sal 103:1 Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre.
El bendecir al Señor es un acto de nuestra voluntad.
Bendecirle con todo nuestro ser implica un estilo de vida permanente, de agradecimiento y obediencia a Él.
Bendecirle es todo lo contrario a cuestionarle, dudar, no aceptar Su Palabra tal como está escrita, y por ende, ponerla por obra y confiar en Él en todo tiempo y en toda circunstancia, sin importar si nos agrada o no.
Bendecirle implica llamar bueno a lo que Él llama bueno, y malo a lo que Él llama malo (no guiarnos por nuestros propios pensamientos --Prov 16:25-- ni por nuestros sentimientos respecto a una situación determinada).

Sal 103:2 Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios.
No olvidar ninguno de sus beneficios implica reconocer todo lo que Él ha hecho por nosotros y está haciendo, y confiar en el cumplimiento de Sus promesas para nosotros en el futuro, sin dudar.
Confiar en Él implica no dejarnos dominar por la depresión (aferrarnos a que nuestro pasado --relaciones, pareja, trabajo, servicio, etc.,-- fué mejor que lo que es ahora), el stress (desconfiar de los planes de Él para nosotros hoy), ansiedad (desconfiar de Sus planes futuros para nosotros).
Él ha dicho que todo obra para nuestro bien (Rom 8:28-29) y que nuestra vida irá en aumento todo el tiempo (Prov 4:18, Fil 1:6). Por lo tanto, el pasado que podemos estar añorando no era lo mejor para nosotros; el presente que nos puede estar estresando es lo mejor para nosotros hoy y Él lo hará obrar para nuestro bien, y el futuro que Él tiene preparado es el mejor futuro que podemos tener.
También no olvidar ninguno de sus beneficios implica confiar plenamente en Sus planes para nosotros y en sus promesas y poner nuestra vista no en las circunstancias, cosas y personas, sino en Él, dándole gracias de antemano por ello (Fil 4:6-7).

Sal 103:3 El es quien perdona todas tus iniquidades, Él que sana todas tus dolencias;
Todas nuestras iniquidades, rebeliones y pecados ya fueron perdonados en Cristo, en la Cruz del Calvario, Él los llevó todos (Isa 53) sin excepción. Implica reconocerlo como nuestro Señor y Salvador y despojarnos de toda acusación, culpa, juicio y condenación por ellos (una vez que hayamos pedido perdón al Señor por ellos y estemos arrepentidos).

Sal 103:4 El que rescata del hoyo tu vida, Él que te corona de favores y misericordias;
No importa la situación en la que nos encontremos, ni que tan profundo estemos en ella, Él nos sacará de allí cuando nosotros nos volvamos a Él de todo corazón.
Una vez que recibimos el perdón de todas nuestras iniquidades, rebeliones y pecados; que somos sanados y que nuestra vida la saca del hoyo, vamos a recibir la plenitud de sus bendiciones (favores y misericordias) para vivir en una plenitud que nunca antes habíamos experimentado.

Sal 103:5 El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.
Saciar de bien nuestra boca implica no solo que tendremos todas nuestras necesidades suplidas mucho más abundantemente de lo que pedimos y entendemos, sino que Él pondrá palabras de bendición en ellas para que bendigamos a otros, y bendiciéndoles a ellos nosotros seremos bendecidos (Gen 12:3).

19 Mar 2022
Referencia: Salmo 103.