Estudio Bíblico

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El año agradable del Señor (2). Prosperidad bíblica



Introducción.
Luc 4:18-19 es un resumen que Jesús hace de todo lo que dice Isa 61:1-10, cuyo cumplimiento perfecto lo encontramos en Cristo:
Como podemos ver en el pasaje anterior, el año agradable del Señor implica por lo menos 18 grupos de beneficios para nosotros los que, como hijos que recibimos a Jesús, creemos en Su Nombre, hemos reconocido el Señorío de Cristo sobre nuestras vidas.
Estos beneficios no solo abarcan un área de nuestra vida o determinadas situaciones. Más bien, aplican a todas las áreas de nuestra vida: espiritual, emocional, psicológica, física, familiar, matrimonial, laboral, financiera, social y eclesiástica.
Todo ello viene a ser lo que la Palabra Dios, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo identifica como la prosperidad bíblica, la prosperidad integral, que deriva en la vida abundante, plena, que Cristo pagó para nosotros en la Cruz del Calvario y que se perfeccionará totalmente en la vida eterna; lo que implica que la vida terrenal es un camino de perfeccionamiento diario hacia alcanzar cada vez más altos y cercanos niveles de la vida eterna que viviremos en la eternidad con Cristo, pero que ya podemos comenzar a disfrutar crecientemente en la vida terrenal, por cuanto al nacer de nuevo recibimos todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad, la vida de Dios en nosotros, que es la vida eterna.(Jn 10:10)(1 Ped 1:23)(2 Ped 1:3-4).

La necesidad de conocer y caminar esforzadamente en el diseño.
Ahora bien, todos esos beneficios y esa calidad de vida no vienen a nosotros como cuestión de magia o de una vez en el momento en el que somos salvos. Son el resultado de un proceso que necesitamos caminar diariamente. Si ignoramos ese caminar y ese proceso, aunque recibamos los beneficios, no los vamos a disfrutar porque tenemos un enemigo que nos los quiere robar, y que se aprovecha o de la ignorancia, del temor o de la negligencia para hacerlo. (Osea 4:6)(Prov 10:4)(Job 3:25-26).
Necesitamos conocer el diseño de Dios para poder caminar en él (Mat 11:12)(Jos 1:7-8).


EL AÑO AGRADABLE DEL SEÑOR, LA PROSPERIDAD BÍBLICA
Y EL SHALOM DE DIOS.
Las tres frases y/o palabras tienen un significado equivalente, por lo que sin temor a ninguna duda podemos afirmar que significan la misma cosa, y ello abarca entonces todo lo siguiente respecto al año agradable del Señor:
El tiempo del deleite, aceptación, benevolencia, contentamiento, favor y gracia de Dios, para impulsarnos hacia adelante a lo bueno, al éxito, a alcanzar Sus objetivos para nosotros: el bien, la felicidad, el bienestar, la salud, la paz, la dicha, la victoria, en todos los campos de nuestra vida.

Y todo ello implica una plenitud, una abundancia de vida, todo lo cual es el propósito de Diosmanifestado a lo largo de toda la Biblia para nosotros, los que creemos en Él y en Jesucristo Su Hijo: (Jn 17:3)(Jn 10:10)(Prov 4:18)(Jer 29:11)(Efe 3:19)(Heb 11:6)(Mat 6:33).
Como vemos en 3 Jn 2, el resultado de la prosperidad y la salud en todas las áreas es el resultado de prosperar nuestras almas, un proceso que Dios realiza en nosotros por Su Palabra y el Espíritu Santo, con nuestra colaboración, de transformación de todo nuestro ser (persona, vida, corazón), a partir del alma. (1 Tes 5:23) (2 Tim 3:16-17)(Rom 8:26) (2 Cor 3:18)(1 Cor 3:9).


¿Cómo prospera el alma?
Después de la salvación en Cristo, este proceso es el más importante en la vida de cada creyente, y de hecho es equivalente a la santificación, que es la voluntad de Dios para nuestras vidas. (1 Tes 4:3)(Rom 8:28-29).
Es un trabajo colaborativo entre Dios y nosotros, donde nuestra parte es la negación del ego, del yo, y la parte del Señor es la transformación de nuestro corazón, proceso que se llevará toda nuestra vida, no porque Dios Todopoderoso no lo pueda hacer en un instante, sino porque Dios usará el proceso para formar en nosotros Su Carácter para salvar precisamente nuestras almas. (Jn 3.30) (Fil 1:6) (1 Ped 1:7-9).
(2 Cor 10:4-5) (Rom 12:1-3). (1 Ped 2:11) (Fil 3:20)(1 Cor 1.26-31) (Jn 3:27)(Sal 1:1-3) (Jos 1:7-8).

Esforzarnos y ser valientes para:
o Tener en la Palabra de Dios nuestra delicia.
o Meditar en ella de día y de noche (tenerla en nuestra mente y corazón siempre presente).
o Cuidar y hacer conforme a la Palabra (ponerla en práctica, obedecerla).
o No apartarnos de ella ni a diestra ni a siniestra (no seguir nuestros propios caminos que nos parecen derechos en nuestra propia opinión, pero cuyo fin es muerte –Prov 16:25--).
o Que nunca se aparte de nuestra boca (que la tengamos siempre presente para hablarla en cualquier oportunidad que tengamos).

Todo ello lo hace Dios en nosotros, por la Palabra y el Espíritu Santo, cuando hacemos nuestra parte de negarnos a nosotros mismos. (Mat 16:24)(Jn 8:31-32) (Jn 8:36).

(Gal 3:11) (Rom 1:17) (Heb 11:8) (Heb 11:6).L

17 Mar 2022