Estudio Bíblico

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Entendiendo el propósito del hombre y la mujer.



LA MASCULINIDAD.



CAMBIOS, FUNCIONES Y MASCULINIDAD.
Históricamente, el hombre ha definido su masculinidad por medio de las diferentes funciones que ha desempeñado para sus familias y para la sociedad: trabajo, provisión económica, gobierno y dirección.
Hoy, los cambios culturales, sociales, creencias, laborales, etc., han producido una crisis de identidad y de propósito en los hombres: no hay una definición clara de lo que es la hombría, la masculinidad y la paternidad.
Algunos de estos cambios son, por ejemplo: el movimiento para la igualdad de la mujer, la incorporación gradualmente creciente de la mujer al campo educativo, profesional, laboral y gubernamental, la independencia económica que están obteniendo las mujeres, etc.
Ahora que estas funciones se encuentran en transición y las mujeres también las están ejerciendo los hombres se han quedado sin fundamentos inconfundibles para definir de una manera clara y simple su masculinidad (y también la feminidad).
Todo esa indefinición también se manifiesta en la moda, los peinados, los servicios, etc.,: la proliferación de lo unisex.
Frecuentemente, los varones ya no se sienten necesitados, indispensables, para las mujeres.
Ante toda esa confusión y situación, algunos:
• Han reaccionado con ira y con enojo.
• Han reafirmado o reforzado su dominio tradicional sobre las mujeres.
• Tienen miedo de perder el control.
• Han reaccionado por medio de ser competitivos o por medio de aislarse.
• Son dictatoriales o incluso, aún abusivos, con sus familias.
En fin, han tratado de compensar el avance de la igualdad de las mujeres con restricciones muy severas en los estilos de vida y en las libertades con que éstas cuentan.
El impacto de esta confusión en las mujeres, las familias, las iglesias y la sociedad es aterrador:
• Mujeres sufriendo la violencia de los hombres enojados.
• Niños y niñas siendo víctimas del abuso y del resentimiento.
• Deterioro social  delincuencia, pobreza, corrupción, inmoralidad, etc.



LA CRISIS DE IDENTIDAD.
Los hombres tradicionalmente han definido su masculinidad por medio de sus funciones (no de su propósito). Ello tiene varias implicaciones:
UNO. Históricamente, los hombres y las mujeres establecieron funciones que no se contraponían las unas con las otras.
DOS. Hoy, las funciones que tradicionalmente desarrollaban los hombres y las mujeres no solo han cambiado, sino que se contraponen unas con otras.
TRES. Debido a eso, también las relaciones entre hombres y mujeres hoy son diferentes, las mujeres ya no tienen que depender de los hombres para su seguridad y su supervivencia.
CUATRO. Debido a los cambios de funciones y de las relaciones derivadas. los hombres (y también las mujeres), están atravesando por una crisis de identidad y de propósito.
CINCO. Si una persona relaciona su identidad con sus funciones, entonces, cuando las funciones cambian, esa persona, ya no encuentra base alguna para definir su masculinidad y/o su feminidad.
SEIS. Debido al papel fundamental asignado por Dios al hombre, esta crisis de identidad y de propósito está destruyendo (o comenzando a destruir) a las personas, los matrimonios, las familias, las iglesias y la sociedad en general.




LA MASCULINIDAD Y LA FEMINIDAD.




EL LUGAR DEL HOMBRE-VARÓN.
La creación del hombre en primer lugar determina su posición en el matrimonio, la familia, la iglesia y la nación: el responsable delante de Dios por ellos.
Implica que la clave para construír infraestructuras sociales fuertes y duraderas (matrimonios, familias, iglesias y naciones) es el hombre.
Y la cuestión de ser hombre es una cuestión de identidad y propósito, más que de funciones.
Cuando los hombres ignoran su verdadera identidad, esto afecta su vocación y su propia realización como hombres, y no solo ello sino que también afecta a la realización y vocación de sus familias y de la sociedad como un conjunto.
Esto se debe a que de la manera como anda el hombre, así también anda la familia, la sociedad y el mundo entero.



LA BASE PARA LA MASCULINIDAD (Y/O LA FEMINIDAD).
La identidad de una persona se encuentra en su propósito y no en sus funciones.
La identidad determina el propósito y al enfrentarse al ambiente en el cumplimiento de ese propósito se determinan las funciones.
Si el ambiente cambia, cambian las funciones.
El propósito central de los hombres (y las mujeres) trasciende más allá de la cultura y de las tradiciones.



LA FUENTE DE LA IDENTIDAD Y EL PROPÓSITO.
El conocimiento de lo que significa ser un verdadero hombre no puede ser adquirido por medio de observar la cultura (con el agravante de que la de hoy está completamente confundida)  Prov 16:25.
El propósito de cualquier cosa solo se puede encontrar en la mente de su creador y el ser humano en general, y el hombre en particular, no es la excepción.
Los hombres necesitan una identidad dada por Dios para que puedan llegar a cumplir su verdadero propósito.



PRINCIPIOS SOBRE EL PROPÓSITO.

Dios es un Dios de propósitos. Todo lo que Dios crea tiene un propósito.
El propósito de alguna cosa determina su naturaleza, su diseño y sus características.
Todo lo que Dios planea es intencional, tiene significado y tiene en sí mismo la garantía para tener éxito.
Y el hombre no es la excepción.

Como los hombres nos hemos separado de Dios y tomado nuestros propios caminos (Prov 16:25), no conocemos todos los propósitos de Dios para nosotros.
Cuando queremos descubrir el propósito de alguna cosa, nunca le preguntamos al producto, leemos el manual del fabricante.
Si no conocemos el propósito de nuestra vida, solo estamos experimentando con ella (Prov 29:18).
Cuando no se conoce el propósito, el abuso es inevitable (Ose 4:6).

Dios colocó nuestro propósito dentro de nosotros mismos; para poder sacarlo necesitamos la ayuda de la sabiduría y de la revelación de Dios (Efe 1:17-19).
Encontramos nuestro propósito solo en la mente de nuestro Creador (Jn 15:5).
El propósito de Dios es la clave para nuestra satisfacción y para nuestra completa realización.
Cuando acudimos a Dios, El sabe como restaurar el tiempo que perdimos cuando no conocíamos nuestro propósito (Joe 2:25).



EL PROPÓSITO DE DIOS PARA EL VARÓN.

El propósito del varón fue escogido por Dios: su prioridad, su posición y la tarea.

La prioridad del varón significa que él fue formado primero a fin de ser el fundamento para la familia humana.

La posición del varón significa que él tiene que permanecer contínuamente en la presencia de Dios. Sin esto no puede funcionar en los propósitos de Dios.
Dios nunca tuvo la intención de remover a Adán del Jardín del Edén.
La intención de Dios era que el Jardín de Su presencia se moviera por toda la tierra.
Dios quería que el varón creciera en su habilidad de dominar por medio de aprender primeramente a gobernar el Jardín del Edén.

La tarea del varón incluye seis propósitos específicos que él tiene que cumplir: visionario, líder, maestro, cultivador, proveedor y protector.
Dios ha diseñado y equipado al varón para que pueda llevar a cabo cada propósito y cada tarea que le ha sido dada.

Darle nombre a algo implica hacerse responsable por ese algo.
Dios le permitió a Adán a nombrar a Eva debido a que El quería que el hombre fuera completamente responsable por la mujer.
Es al varón quién ya está viviendo y trabajando en sus propósitos a quién Dios le dice que “no es bueno que el hombre esté solo. Haré una ayuda idónea para él” (Gen 2.18).
La mujer fue sacada del varón y fue hecha de la misma esencia del varón.
La mujer es la compañera que Dios le dio al varón; ella es la idea de Dios para el varón.
La mujer es el complemento perfecto del varón y es igualmente socia con el varón en los propósitos de Dios.

Los varones y las mujeres son de la misma esencia, pero con diferentes diseños, complementarios, para poder cumplir sus propósitos asignados por Dios.
La mujer es la ayuda idónea del varón: todo lo que existe en ella fue diseñado para ayudarlo.
El hombre es esencialmente un dador y la mujer es esencialmente una receptora.
El hombre fue creado para dar amor y la mujer fue creada para recibir amor.
Etc.

Tanto el varón como la mujer tienen dominio, sin embargo, debido a que tienen propósitos y diseños diferentes, su autoridad se manifiesta y se lleva en formas distintas.
Por el hecho de que una mujer sea mujer, ello no implica que es inferior al varón. Así como el hecho de que un varón sea varón, no implica que sea superior a la mujer.
Sus diferencias no indican superioridad ni inferioridad sino solo diferencias de propósito.



LA MUJER EN EL PLAN DE DIOS.

La mujer, igual que el varón, es idea de Dios (Gen 1:26-28, Gen 2:18, Gen 2:23-25)
La singularidad de la mujer, al igual que la del varón, es un reflejo de los propósitos de Dios y de Su diseño para ella.
La mujer, al igual que el varón, tiene un espíritu dentro de ella, que es de la misma esencia que el espíritu del varón (el Espíritu de Dios), que la hace un ser espiritual responsable y libre.

Cuando un varón (o alguna otra persona) no trata bien a una mujer (o a un varón), lo que ha hecho es que ha interferido con el Espíritu que está dentro de la mujer (o del varón): como es parte del Espíritu de Dios, Dios le resiste (1 Ped 3:7).

La mujer fue tomada del hombre: la mujer necesita estar conectada a su fuente de recursos.
Conectada no es lo mismo que humillada.
Así como Cristo es responsable por la Iglesia, el marido es responsable por la esposa.
La fuente de recursos es responsable por el producto.
La mujer fue hecha para todo lo que el varón tiene.
El varón es la cobertura (servicio y protección) de la mujer.
El esposo debería amar a su esposa como él se ama a sí mismo.

Los propósitos de Dios para con la mujer:
• Mejoradora.
• Reflectora: así como la Iglesia refleja a Cristo, así la mujer refleja al varón.
• Fue hecha para ser objeto del amor del varón.
• Fue hecha para reflejar el amor que él le da a ella.
• Dadora y sustentadora de vida.
• Consejera.





LAS TAREAS DEL VARÓN.



EL VARÓN COMO VISIONARIO.
Prov 29.18: sin visión el pueblo perece, se desenfrena.
El varón fue creado para ser un visionario: a él se le dio la primera visión del plan de Dios para la humanidad.
Ser un visionario es una responsabilidad fundamental para el varón; sin visión no podrá cumplir con sus otras tareas.
Es capaz de ver la perspectiva grande (macro) de la vida y de planear para el futuro desde un punto de vista lógico y práctico.
Tener visión significa ser capaz de concebir y de moverse hacia el propósito de uno en la vida.
Un varón necesita tener una clara visión de (Efe 1.17-19).
• Quién es él en Dios.
• Cuál es su propósito general como varón.
• Cuál es su propósito como varón en lo individual.
Los requisitos para descubrir la visión son:
• Reconocer el liderazgo de Cristo Jesús.
• Seguir el ejemplo de Cristo Jesús.
• Abrirse a la comunicación de Dios.
• Escuchar la dirección de Dios.
Dios siempre provee lo necesario para la visión que El da.
El varón, una vez que ha recibido la visión de Dios para su vida y la de su familia, se la comunica a la mujer para que ella tenga una visión que seguir (Hab 2:2-4) y pueda encontrar formas de ayudarlo a alcanzar esa visión, pueda encontrar su lugar en ella.
Una de las maneras en que una mujer puede ser ayuda idónea para un hombre es por medio de seguirlo en la visión que Dios le ha dado y determinar las formas de ayudarlo, de acuerdo con sus habilidades, cualidades, capacidades y dones, para alcanzarla.



EL VARÓN COMO LÍDER.
Dios creó y diseño al varón para que sea un líder responsable: lo diseñó para que lleve a otros consigo en su visión (Hab 2:2-3).
Si un varón no tiene visión alguno esto va a afectar negativamente a todos aquellos que lo siguen, especialmente a su familia (Prov 29.18).
Antes de que Dios le diera al varón una ayudante (Gen 2:21-22), Dios le dio una visión (Gen 2.15-17).
Un varón no puede pedirle a una mujer que lo siga y que lo ayude si él no tiene visión alguna.
Las características de un líder de acuerdo al propósito de Dios son:
• Ser fuerte y valiente (Jos 1:6-9).
• Ser obediente a los mandamientos de Dios (Jos 1:6-9).
• Ser un pensador lógico.
• Tener el corazón de un siervo (Mar 10:42-45).
• Tener un espíritu dispuesto a aprender (Mat 13:23: oye, entiende y da fruto).
Una de las maneras en que una mujer puede ser ayuda idónea para un hombre es por medio de respetarlo como el líder en el hogar.



EL VARÓN COMO MAESTRO.
El varón fue creado para ser el líder espiritual y el maestro de la familia.
Las instrucciones de Dios se las dio a Adán, para que este se las enseñara a Eva y sus hijos (1 Cor 14:35, Efe 6:4).
El varón: el líder espiritual y maestro de su familia.
El varón fue diseñado con la capacidad de cumplir su propósito de enseñar: siempre va a estar diciendo como hacer las cosas, metiéndose, dando instrucciones, consejos y advertencias.
Cuando el varón enseña a su familia la Palabra de Dios y los caminos de Dios: atrae la confianza y la amistad de Dios (Gen 18.17-19).
Si un varón no tiene la capacidad o el conocimiento para enseñar a una mujer la Palabra de Dios, él no está listo para casarse.
Dios nos instruye para que enseñamos a nuestras familias (esposa, hijos y nietos) Su Palabra de esta manera (Deut 6:7-9)
UNO. Cuando estamos sentados en la casa (que la Palabra sea uno de nuestros temas prioritarios de conversación en la casa).
DOS. Cuando vayamos por el camino (que la Palabra sea uno de nuestros temas prioritarios de conversación cuando vamos en el carro).
TRES. Cuando nos acostemos (que la Palabra de Dios sea lo último que les mencionemos a cada uno de los miembros de nuestras familias cuando se acuestan y lo último en lo que pensemos).
CUATRO. Cuando nos levantemos por la mañana (lo primero en lo que pensemos cuando nos levantamos y lo primero que les digamos a cada uno de los miembros de nuestras familias cuando los veamos).
CINCO. Atándola como símbolos en nuestras manos, en nuestra frente y escribiéndola en los postes de las puertas de nuestra casa  aplicándola y exhibiéndola en los hechos del diario vivir como el fundamento sobre el cual descansa todo nuestra vida.
Una de las maneras en que una mujer puede ser ayuda idónea para un varón es por medio de valorar y buscar sus consejos, opiniones, sugerencias (aunque no los ponga en práctica) y de estimularlo y ayudarlo a conocer y enseñar la Palabra de Dios  no descalificarlo frente a sus hijos.



EL VARÓN COMO CULTIVADOR.
Gen 2:15: el varón fue creado para ser el cultivador del Jardín del Edén y, dentro de ello, de las vidas espirituales y personales de los miembros de su familia (esposa, hijos y nietos).
El varón es el cultivador de su trabajo, de sus dones y de sus talentos.
El varón es el cultivador de su esposa.
El varón es el cultivador de sus hijos.
Gen 1.28: cultivar significa multiplicar, fructificar, mejorar.
Al varón le ha sido dada la responsabilidad de formar las vidas de los miembros de su familia para mejorarlos, enseñándoles y cultivándolos para que lleguen a ser todo aquello para lo cual fueron creados por Dios (Deut 6:1-2): se convierte en socio de Dios para hacer cumplir el plan de Dios para todas las personas y para toda la creación.
El varón necesita ser lleno de la Palabra de Dios tal y como Cristo Jesús está lleno de la Palabra de Dios: entonces puede lavar a su esposa y a sus hijos con la Palabra de Dios tal como Cristo lava a Su novia con Su Palabra (Efe 5:26).



EL VARÓN COMO PROVEEDOR.
El trabajo le fue dado al varón para que:
UNO. Hiciera avanzar los propósitos de Dios (Gen 1:28).
DOS. Para darle satisfacción al varón mientras que usa las habilidades y las cualidades que Dios le dio.
TRES. Para capacitar al varón y que pueda proveer para sus propias necesidades, así como para las necesidades de todos aquellos que están bajo su responsabilidad (1 Tim 5:8).
El varón fue creado para ser el proveedor de su familia.
Gen 1.28: dentro del deseo del hombre de trabajar y de proveer (fructificar y multiplicar), se encuentra creada la necesidad de dar, de llenar
Debido a que fue creado para proveer, el también fue diseñado para proveer.
Un proveedor anticipa las necesidades antes de que vengan: planea, prepara y hace provisión para estas necesidades (Prov 6:6-11).
El trabajo le fue dado al varón (Gen 2.15) antes de que la mujer fuera creada (Gen 2:21-22); esto significa que antes de que un varón necesite una mujer y antes de que él pueda estar listo para el matrimonio, él necesita tener un trabajo estable.
Dios le dio al varón, no a la mujer, ser el principal proveedor de la familia. Ello no implica que (Prov 31:10-31).
UNO. La mujer no pueda o deba trabajar.
DOS. La mujer no pueda ganar más dinero que el varón. El hecho de que gane más no significa que sea más, valga más o pueda ocupar el lugar del varón. Aquello solo es una cuestión coyuntural (temporal) mientras que el lugar del varón es una cuestión eterna.
En este caso, lo mejor que puede hacer una mujer por su marido es estimularlo y ayudarlo a encontrar nuevas y mejores oportunidades de superarse, no demeritarlo.
Un esposo no siempre va a tener las oportunidades como para poder cambiar sus circunstancias financieras de tal manera que su mujer no tenga que trabajar: El solo necesita moverse hacia su objetivo y trabajar para ello.



EL VARÓN COMO PROTECTOR.
El varón fue creado para ser el protector de su familia y de todo aquello que se encuentra bajo su responsabilidad.
Fue creado con los atributos para hacerlo:
• Fuerza física.
• Pensamiento lógico.
• Sentido de protección territorial.
• La cualidad de buscar la excelencia.
Dios le ha dado al varón la habilidad, la fuerza y las armas espirituales para proteger y para guardar todo aquello que El le ha confiado bajo su cuidado, no para agredir ni para abusar.
1 Cor 11:3: la cabeza de la mujer es el varón; significa que un varón no necesita estar casado para ser responsable de las mujeres, tal el caso de su madre, sus hermanas, etc.





LAS TAREAS DE LA MUJER.



LA MUJER COMO MEJORADORA.

La mujer fue colocado por Dios en el Edén para ejercer dominio junto con el varón (Gen 1:28).
La mujer es la compañera del varón (Gen 2:18, Gen 2:23-25, Gen 1:28).
La mujer es buena para el varón (Gen 1:31, Gen 2:18).
La mujer es ayuda para el varón (Gen 2:18).
Una mujer puede ayudar grandemente a un varón en su vida espiritual, emocional y física, si este le permite ayudarlo.
Algunos varones solo necesitan una buena palabra de una buena mujer.

La mujer comparte la visión del varón (Gen 1:28, Ecle 4:9-12, Amo 3:3, Hab 2:2-4).
El mundo está lleno de mujeres frustradas que están viviendo con hombres que no van a ningún lado.
En la función de dominio de la mujer como mejoradora, ella es líder conjuntamente con el varón: ella comparte su visión y trabaja con él para cumplir aquello para lo cual ambos fueron creados.
La mujer toma en sí quién es el varón y lo que el varón tiene y lo amplifica y extiende.
Activa, motiva, habilita al varón para que cumpla la visión y el propósito para el cual ambos fueron creados (o también lo “castra”).
Una de las maneras en que la mujer ayuda al varón a cumplir la visión es teniéndole respeto.
De esa manera el liderazgo de él es efectivo y la visión compartida de ellos se convierte en realidad.
Cuando la mujer decide que está cansada de ayudar y que se va a convertir en el jefe su hogar se mete en problemas.
Cuando una esposa decide que quiere una visión completamente diferente para su vida en lugar de la visión de su esposo, lo que se produce en el hogar es di-visión.

La mujer es adaptable al varón (Gen 2:18, Gen 2:23-25).
La mujer se adapta a la fuente de recursos de donde vino.
Si una mujer entra en una situación o en un medio ambiente nuevo o extraño, ella tiene una mayor tendencia y facilidad a adaptarse a ello que el varón.
Debido a que ella es movida por estímulos del medio ambiente, ella es más emocional que el varón.
Cualquier cosa que el hombre le da a la mujer, o le deja de dar, la mujer generalmente tratará de adaptarse a ello (aunque, si es contrario a la naturaleza original del varón y de ella, no va a estar contenta).
La mujer no solo mejora la vida del varón, también mejora su propia vida.
En todas las manera en que la mujer mejore la vida del varón, ella también va a estar mejorando su propia vida.
Es una con el varón.
Es líder conjunta y participante de la visión de dominio: mejora de todo el ambiente que la rodea.



LA MUJER COMO REFLECTORA.

La mujer refleja todo lo que el varón es, así como Cristo refleja todo lo que el Padre es y la iglesia refleja todo lo que Cristo es. La mujer refleja el amor que el varón le da.
La mujer fue diseñada para recibir amor (Efe 5:25, 28, 33) y para funcionar en amor.
Como ella es reflectora, el amor que recibe, lo va a reflejar dándolo; por eso Pablo escribe en Efe 5:28 que el que ama a su mujer a sí mismo se ama.

La mujer necesita recibir amor expresado a través del afecto manifestado en palabras o en gestos. Muchos varones creen que ellos están expresando el amor adecuadamente a sus esposas al proveerles con las cosas básicas de la vida, o por medio de regalos costosos: esas cosas, desde la perspectiva de la mujer, no expresan el verdadero amor.

La mujer necesita ser amada tal y como Cristo amó a la iglesia (Efe 5:26-27). Si un varón va a dar amor a su esposa tiene que andar en la compañía de Jesús para aprender a amar como El ama.

El varón debe santificar a su esposa: ponerla aparte y en un lugar muy especial en su corazón y en su vida y valorarla como el tesoro y la joya más preciosa.

El varón edifica la autoestima de la mujer (o la destruye).

La mujer representa la naturaleza del varón. Jesús mandó a la iglesia al mundo para que fuera un reflejo de Si mismo: para que reflejara Su naturaleza.
Dios es amor; porque Dios es amor, Cristo es amor porque El refleja al Padre. La iglesia debe reflejar amor porque es la plenitud de Cristo; por ello Jesús dijo que en eso conocerán que somos sus discípulos (Jn 13:35).
La mujer refleja todo lo que el varón es (1 Cor 11:7). Ella debería reflejar la esencia de todo aquello para lo que Dios creó al varón a Su imagen.

Frecuentemente los varones se encuentran en posiciones de autoridad sobre las mujeres, ejerciendo influencia sobre las perspectivas y actitudes de las mujeres.
Ellos deberían tratar a las mujeres con bondad y con amor cristiano para no apagar la naturaleza que Dios les ha dado a ellas.



LA MUJER COMO DADORA DE VIDA.

La mujer fue hecha por Dios para tener vientre y multiplicar la vida física. Pero no solo eso; ella también tiene vientres emocionales, mentales y espirituales.
Cualquier cosa que se le de a una mujer, ella lo va a multiplicar.
La mujer es una “incubadora” por naturaleza: ha sido dotado de muchas habilidades creativas que pueden ayudar a sus seres queridos, a ella misma y al mundo a desarrollarse.
Tiene una habilidad transformadora: inclinación a desarrollar y a darle nueva vida a las cosas.
• Ve las posibilidades y el potencial.
• Calcula las palabras, las acciones y las relaciones entre las cosas.
• Procesa las palabras, ideas, necesidades y problemas.
• Concibe e inventa.
• Desarrolla ideas, planes y programas.
• Protege lo que ha recibido mientras lo desarrolla.
• Produce algo completamente nuevo de aquello que ha recibido.
• Multiplica todo lo que se le dá.

El vientre emocional: todo lo que un varón le da a una mujer, lo va a recibir devuelto, en una forma diferente.
Lo bueno, positivo, estimulante lo va a cosechar rápidamente.
Lo malo, negativo, frustrante lo va a cosechar más lento, pero seguro.
La mujer va a incubar las palabras del varón: éste tiene que cuidar mucho lo que le dice a la mujer porque ella no olvida (Isa 49:15).

La mujer es una multiplicadora.
La iglesia recibió 11 discípulos y a Pablo, y los multiplicó en millones de creyentes.
La samaritana: lo que Jesús le dijo, lo multiplicó en cientos de creyentes.
La resurrección. el mensaje lo recibieron las mujeres y ellas lo multiplicaron y lo esparcieron.
La oración generalmente convoca más mujeres que varones porque ellas tienen la capacidad de incubar la petición hasta que la dan a luz.

La mujer fue hecha por Dios para dar vida.
Cualquier cosa que un varón necesite ella se las va a ingeniar para hacerla y suplir la necesidad del varón (“necesita el toque de una mujer”).
Muchas mujeres tienen grandes dones de incubación no desarrollados; han sido tan golpeadas, menospreciadas, insultadas, desvalorizadas, disminuídas, por la vida y por las expresiones insultantes e hirientes de otros (varones y mujeres) que rara vez se arriesgan a usar estos dones.



LA MUJER COMO CONSEJERA.
Ayuda idónea también significa consejera.
La perspectiva particular desde la cual la mujer enfoca las cosas (inteligencia emocional) es complementaria a la que utiliza el varón (inteligencia racional).
La perspectiva completa no está en una sola de ellas, sino en la combinación de ambas.
Cuando un varón recurre a la mujer en busca de consejo, seguramente obtendrá una perspectiva más amplia de las cosas (aunque la mujer no esté totalmente en lo cierto).
Cuando un varón sabe que una mujer es una incubadora (dadora de vida, transformadora, veedora de las posibilidades y el potencial, relacionadora, desarrolladora de ideas, planes y programas, etc.) puede ser cuidadoso y considerar lo que le dice ella (Gen 21:12).
• En la multitud de consejeros hay seguridad (Prov 11:14).
• En la multitud de consejeros está la victoria (Prov 24:6).
• El corazón de su marido está en ella confiado (Prov 31:11-12).




LAS CLAVES PARA CONVERTIRSE EN UN VERDADERO VARÓN Y EN UNA VERDADERA MUJER.



LAS CLAVES PARA AMBOS.
Mat 22:36-37, Jn 4:23: desear a Dios, amar a Dios y amar la presencia de Dios.
Ser amados por Dios y tener comunión con El (Jer 3:19NVI, parábola del hijo pródigo Luc 15:11-31).
Encontrar su identidad en Cristo y saber quienes son en El (Rom 8:29, Efe 4:13).
Reflejar Su carácter y semejanza, representar Su verdadera naturaleza, tener Sus características morales dentro de su ser interior.
Proponerse aprender y vivir la Palabra y los principios de Dios (Mat 4:4, 2 Tim 2:2, Sal 1:1-3, Mat 28.18-20).
Demostrar su fe e inspirarla en su pareja y en sus hijos.
Dedicarse a cultivar a su pareja y a sus hijos para que lleguen a ser lo mejor (Jn 14:12).
Mantenerse en Dios (Jn 15:1-5).



LAS CLAVES ADICIONALES PARA UNA MUJER.
Su primer lugar está en Dios (Prov 31:30) no en el mucho hacer (Luc 10:38-42).
Conoce que debe confiar en Dios y sacar sus fuerzas de El (Prov 31:11-15).
Conoce que Dios valora sus habilidades y su inteligencia: se siente libre para buscar oportunidades y hacer planes para expandir su área de influencia (Prov 31:16-18, 24).
Conoce que Dios es su máxima fuente de recursos y que desea bendecirla (Sal 23:1, Gen 12:2-3) y se prepara para su trabajo con energía y anticipación, tiene una buena actitud y no se queja (Prov 31:17).
Conoce que Dios la ha bendecido (Efe 1:3) y desea ser una bendición para los demás y alcanza a los menos afortunados que ella (Prov 31:20).
Conoce que su valor viene de su posición en Dios y se trata a sí misma con respeto (Prov 31:25).
Se sumerge en la Palabra de Dios para conocer Sus caminos (Sal 1:1-3, 3 Jn 2) e imparte sabiduría de Dios e instrucción a otros (Prov 31:26).
Honra a Jesús con su vida (Prov 31:26, Col 3:23-24).
Conoce al Dios de toda exhortación por lo que ella es una fuente de ánimo para su marido y sus hijos, y para sus amigos y compañeros de trabajo, invirtiéndose en las vidas de ellos (Prov 31:28).


LAS CLAVES ADICIONALES PARA UN VARÓN.
Desea a Dios, ama a Dios y ama Su presencia (Mat 22:37, Jn 4:23).
Busca restaurar la imagen de Dios en sí mismo (Rom 8:29, Efe 4:13).
Honra su matrimonio y a su familia por encima de cualquier interés personal (Mar 10:42-45, Fil 2:3, 1 Ped 3:7).
Se propone aprender, vivir y enseñar la Palabra de Dios y los principios de Dios (Mat 4:4, 2 Tim 2:2, Sal 1:1-3, Mat 28.18-20).
Demuestra la fe y la inspira en otros.
Está dedicado a cultivar a otros para que lleguen a ser lo mejor (Jn 14:12).
Ama la compasión (Mat 9:36), la misericordia (Sant 3.17) y la justicia (1 Jn 3:10)
Es fiel y leal al Reino de Dios y a su misión, que es la Iglesia (Mat 6:33, Mat 28:18-20).


24 Jun 2008
Referencia: Matrimonio.