Estudio Bíblico

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La oración.



La oración y la presencia de Dios.

Un fundamento importante de la oración es el reconocimiento y la vivencia de la presencia de Dios en, con y sobre nosotros, y del deseo de Él de escucharnos continuamente.

Sal 121:1-8. " Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.

Cant 2:14. "Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes, muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto."

Sant 4:5. "¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? "

Dios nunca está tan lejos de nosotros que no escuche nuestra oración. Es más, no solo la escucha, sino que, mejor aún, cuando nosotros nos comunicamos con Él, inclina Su oído para escucharnos. Nosotros entramos en el Trono de Su gracia para encontrar gracia y misericordia para el oportuno socorro (en cualquier circunstancia: espiritual, emocional o material), y Él inclina su oído para escucharnos, de la misma manera que un padre se inclina y se "baja" a la altura de su hijo pequeño para escucharle.

Heb 4:16. "Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro."

Sal 116:1-2. " Amo a Jehová, pues ha oído mi voz y mis súplicas; porque ha inclinado a mí su oído; por tanto, le invocaré en todos mis días."

03 Nov 2014