Estudio Bíblico

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Módulo 215. El libro de Nehemías y la visión.



Tena No. 8.


NEH 6:16. Visión. El potencial divino.

Mientras estamos ocupados trabajando en los detalles operativos para hacer funcionar la visión, Dios está trabajando en un plan paralelo que va a terminar completando la visión que El nos dió, y dándole un significado más profundo. Nuestro Padre tiene en mente una agenda más amplia y significativa.
• No se trata de agendas en competencia, sino del hecho de que la visión que estamos luchando por realizar prepara el camino para algo mucho mayor que Dios va a hacer.
• Mientras Nehemías estaba ocupado en la reconstrucción de los muros, Dios estaba preparando las condiciones para manifestar su poder ante las naciones (Neh 6:15-16).
Con la ayuda de Dios, Nehemías y su equipo de trabajo hicieron en cincuenta y dos días lo que algunos decían que era imposible de hacer, y por supuesto, eso era lo que Dios había querido mostrar desde el principio.
• Aunque Dios intervino, no se produjo nada notoriamente sobrenatural .
• No se abrió el mar, ni hubo terremotos ni plagas.
• Solo trabajo duro, buen liderazgo, y el toque divino (eso fué precisamente lo sobrenatural de la intervención de Dios: después de años que nadie lo había intentado, y por supuesto, logrado, ellos lo lograron en tan solo cincuenta y dos días).
Mientras andamos metidos entre los materiales, detalles y tareas de la construcción de la visión, necesitamos también llevar una vida que refleje el carácter de Cristo (Rom 8:28-29).
• Necesitamos conducirnos de tal forma que la gente se dé cuenta, después de examinarnos más detalladamente, de que hay algo divino en nuestra vida.
• El plan definitivo de Dios para nuestra vida va más allá de la visión que nos haya dado para nuestra familia, negocio, ministerio y/o economía.
• El nos ha situado en nuestro ambiente como un punto de luz singular, un faro en un mundo que necesita con urgencia ver algo divino; algo que esté claro que no es de este mundo (luz del mundo y sal de la tierra, Mat 5:13-16).
Por encima de todo lo que logremos con nuestra visión, lo que El quiere es atraer a la gente hacia sí.
• Nuestras visiones son medios para alcanzar un fin superior.
• Este fin es la gloria de Dios y la salvación de los seres humanos.
• Nuestras empresas y organizaciones seculares tienen más potencial para el reino que las religiosas porque en el ámbito de nuestra actuación secular es donde la gente secular nos está observando.
• El mercado, las organizaciones y los salones de clase son los ambientes, entre otros, que necesitan con tanta urgencia un roce con lo divino.
• Allí es donde Dios quiere manifestar su poder a través de los que estén dispuestos a ser usados de esta forma.
• Por esa razón, los que comprenden este potencial más amplio para sus visiones no ven distinción alguna entre lo religioso y lo secular (Apo 1:5-6, 1 Ped 2:9).
• Cumplen con sus deberes sagrados y seculares en el mismo escenario, y con la misma meta en su mente.
• Se ven a sí mismos como luces en todos los momentos y dentro de todos los contextos.
• Para estas personas, todo papel, toda relación y toda responsabilidad lleva consigo un potencial divino.
Hay tres cosas que atraen constantemente la atención de aquellos que se hallan fuera de la fe y nos observan y que son las señales de una vida inexplicable:
• La paz.
• Unas relaciones sanas.
• El carácter.

La paz.
Forma parte de esa luz que hemos sido llamados a lanzar desde lo alto de la colina en nuestros ambientes "seculares" (Mat 5:13-16).
Desde la perspectiva de Dios, la paz que tengamos mientras seguimos nuestra visión puede ser más importante que el cumplimiento de la visión misma.
¿Por qué? Porque todo aquel con el que entramos en contacto entró en la edad adulta con una imagen de lo que esperaban que sería el futuro. El aspecto emocional de esa imagen incluía la paz.
• No pensaban en ella así, sino que la calificaban de felicidad. Más que nada, querían ser felices.
• Ahora, después de años de búsqueda, la vida no es lo que ellos querían que fuera. Están llenos de afán, ansiedad, frustración, angustia, inseguridad, o cuando menos, stress.
• Cuando por fin se encuentran con alguien que tiene paz, toman nota.
• La paz en la vida de otra persona hace destacar más aún su vacío. Sus tinieblas quedan al descubierto. Y se hallan frente al hecho de que es posible alcanzar la paz.

Relaciones sanas.
Vivimos en un mundo de desafíos en cuanto a relaciones con otras personas ya que abundan las formas incorrectas de funcionar.
• Por ello, la gente se siente desilusionada en cuanto a las relaciones y va por la vida sacándoles cuanto amor y aceptación pueden a las personas que les rodean, sin saciarse nunca.
• Cuando encuentran a alguien que haya levantado una gran organización, y cuya familia y relaciones personales han florecido, es como una llamada fuerte de atención hacia Dios, quién hace posible esas relaciones.
No seremos gran cosa como luz en la colina (Mat 5:13-16) sacrificando gente y pureza por tratar de alcanzar nuestra visión.
• Cuando lo hacemos, le quitamos a Dios cuanto incentivo haya tenido para bendecir nuestra labor.
• Nos volvemos imposibles de bendecir, porque nos hemos hecho imposibles de usar.
No sacrifiquemos relaciones en aras de un negocio o un ministerio, o por una visión.
• Aún cuando todavía los negocios y los ministerios exitosos no están en la lista de especies en extinción, si lo están los matrimonios, las amistades y las relaciones entre personas.
• Los matrimonios fuertes, las amistades y las relaciones sanas son escasas, son la excepción y no la regla.
Es tentador economizar en las relaciones cuando uno se siente consumido con los detalles de la visión.
• Al fin y al cabo, las relaciones no son urgentes, mientras que muchos elementos de nuestra visión si lo son.
• Sin embargo, recordemos que nuestras relaciones podrían ser lo que le dé un potencial divino a nuestra visión.

El carácter.
Comprende hacer lo correcto tal como Dios lo define sin importar el precio.
Es algo tan poco corriente que la gente lo ve con suspicacia.
• Dan por supuesto que existe una agenda escondida porque para nuestra cultura hacer el bien por el bien mismo es algo inaudito.
• Es algo que va por completo contra la falta de moralidad y de principios absolutos que hay en nuestra sociedad.
Esto es precisamente lo que atrae tanto la atención y le da tanto potencial para el reino.
• El carácter que no hace concesiones en el mercado hace brotar tarde o temprano en alguien un "¿Por qué?" o un "¿Qué se trae éste?". Sencillamente es algo tan raro que nunca pasa inadvertido.
• Cuando sacrificamos nuestro carácter en aras de una visión, el Señor se aparta del proceso.
• El no puede honrar algo que se haya edificado sobre el engaño ya que hacerlo equivaldría a honrar el engaño.
• Las concesiones hacen que no seamos bendecibles.
Una vez que hacemos concesiones en cuanto a nuestro carácter, disminuimos gravemente el potencial de nuestra visión para el reino.

Una ciudad sobre una colina.
Todos nuestros proyectos, sueños y visiones solo son oportunidades potenciales para que el Padre atraiga la atención y las personas hacia sí.
• Oremos para que la gente que nos rodea se dé cuenta de que logramos el éxito con la ayuda de Dios.
• Ellos nos están observando de la misma forma que nosotros los observamos a ellos.
La responsabilidad que una vez estuvo en manos de Israel ha sido puesta sobre nuestros hombros.
• Estamos aquí para ser una luz en nuestro mundo.
• Somos una ciudad sobre una colina.
• Somos un faro en esta noche tenebrosa.
El éxito que Dios nos conceda no es solo para nosotros.
• Es un medio para alcanzar un fin mucho mayor.
• Un fin divino y eterno.
• Hay un potencial divino en todo lo que hacemos.
• Que la gente de nuestro mundo mire a nuestra vida y llegue a la misma conclusión (Mat 13:33, Jer 15:19).


Neh 6:15. Principio y fin. Alfa y omega.

La obra fué terminada, pero el libro no termina allí. De hecho, más de la mitad del libro todavía lo tenemos por delante. ¿Por qué?
• En primer lugar, porque Dios es ilimitado, y Su visión total también lo es, no tiene fin.
• Segundo. Porque una visión particular no es más que una parte del todo de Dios, que se enlaza con otras partes, de tal manera que al concluírse algo, estamos delante, al mismo tiempo, de algo que se inicia.
• Dios es Alfa y Omega simultáneamente, es decir, principio de algo y final de algo simultáneamente.
• En Dios el fin de algo no es más que el principio de otra cosa. Y el libro de Nehemías nos lo enseña de varias maneras.
• Nehemías es la continuación de Esdras. Lo que Nehemías logró no hubiera sido posible sin la reconstrucción del templo de Jerusalén. El final de la visión de Zorobabel y Esdras no fué más que el principio de la visión de Nehemías.
• El final de la restauración de los muros es el principio de la restauración de la Palabra de Dios como norma de vida para el pueblo y después de ello, la restauración nacional de Judá.
Lo que logramos no es más que un eslabón en la cadena de acontecimientos que Dios ha establecido para el cumplimiento de su plan eterno y generalmente, cuando terminamos una etapa se inicia una nueva que Dios nos revela en ese momento, si no es que nos la ha revelado antes.
• Por ello la Palabra en Isa 54:2, nos invita a ensancharnos, a no quedarnos limitados en el tamaño, el tiempo y el espacio de una visión, sino a ir más allá (Hch 1:8).



26 Sep 2014