Estudio Bíblico

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Módulo 103. Conociendo a Jesús por Sus Nombres.



Conociendo a Jesús por Sus Nombres.


Tema No. 11. El Primogénito de los muertos (Apo 1:5).


La primogenitura.


En el lenguaje común, se emplea para referirse al primer hijo nacido de una madre o de un padre. Este caso no aplica a Jesucristo como hijo de Dios por cuanto Él no fue nacido ni creado. Él es eternamente, desde siempre hasta siempre, desde la eternidad hasta la eternidad.

En este caso el uso de la palabra primogénito es simbólico para indicar un sentido de prioridad, superioridad de tamaño, rango, fortaleza, etc., preeminencia de carácter o de posición y/o excelencia, todo lo cual corresponde cabalmente a Cristo. Ello explicaría como David pudo llegar a ser el primogénito (Sal 89:27) cuando en realidad era el menor de los hijos Isai (1 Sam 17:14).

El concepto de la primogenitura, en la tradición del pueblo judío y de los pueblos antiguos, que es el concepto con el que se usa respecto a Cristo y en las Escrituras, tiene una dimensión especial:
• Implicaba responsabilidades y bendiciones especiales en la familia (Gen 25:31, Gen 27:19-40) y entre ellas, el privilegio de recibir una doble porción de herencia en relación con los otros hermanos.
• En la familia, después del padre y de la madre, ocupaba el lugar más alto, y en ausencia o por delegación del padre, es el que asumía la autoridad sobre sus hermanos y hermanas.


Jesús y la primogenitura.

De Jesús en la Escritura se dice que es:
• El primogénito de toda creación (Col 1:15).
• El Primogénito (Heb 1:6).
• El primogénito de entre los muertos (Col 1:18, Apo 1:5).
• El primogénito de José (Mat 1:25) y de María (Luc 2:7).


El primogénito de toda creación.

En Col 1:15, se nos enseña de Cristo que "es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación", no en el sentido que el hijo haya sido engendrado, sino en el sentido que es quién tiene la preeminencia, superioridad, prioridad, sobre toda la creación. Ello es refrendado en otros pasajes de la Escritura:
• Jn 1:3. "Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho."
• Heb 1:3. "el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,".

En este pasaje (Col 1:15) al asignarle a Cristo el título de primogénito, se hace énfasis en:
• La relación e imagen de Cristo con la Deidad (la imagen del Dios invisible), en la unicidad perfecta entre ambos.
o En Heb 1:3 este aspecto se remarca cuando dice de Jesús que es "el resplandor de Su gloria y la imagen misma de Su sustancia (de las de Dios)".
• Hace también referencia a la unicidad de Cristo con la Deidad en la Creación, y su participación activa en ello: "Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho" (Jn 1:3).
o No solo participó activamente en la creación de todas las cosas sino que además, las sustenta con la palabra de su poder" (Heb 1:3), es decir, que no solo fueron creadas por Él sino que subsisten gracia a Él.
• La relación de preeminencia que Cristo tiene sobre toda la Creación, sobre la cual ha sido constituido "Señor" (Hch 2:36), y que más temprano que tarde (en el Reino Milenial) estará sometida plenamente al Señorío de Cristo, sin la corrupción a la cual ahora se encuentra sometida por causa del pecado de los seres humanos (Rom 8.19-21).


El Primogénito.

En Heb 1:6 se nos enseña acerca de Jesús: "Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios." Con ello, la Palabra está usando también simbólicamente la figura de primogénito referente a Cristo como posición de superioridad, preeminencia de carácter y posición, a la que accede como delegación del Padre:
• Mat 28:18. "Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra."
• Fil 2:9-11. "Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre."

En estos pasajes se reafirma de nuevo:
• El Señorío de Cristo sobre toda la Creación (Mat 28:18, Hch 2:36).
• La unidad y unicidad con el Padre: el Nombre que es sobre todo Nombre no puede ser otro que el nombre de Dios, y al ser el Nombre de Jesús el nombre sobre todo nombre, ello lo equipara con la Deidad.

Jesús es simbólicamente el primogénito del Padre, en el sentido de que Dios no tiene otros hijos por la vía directa, de la manera como Jesús es Su Hijo (el Unigénito del Padre), sino que todos los demás hijos e hijas que Dios tiene (nosotros los creyentes), lo somos por la vía de la adopción (en este sentido Jesús es el primogénito del Padre).


El primogénito de los muertos.

El uso simbólico de primogénito como superior en muchos sentidos, está claramente evidenciado también en Col 1:18, donde la palabra de Dios nos enseña que "él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;" a la vez que en este mismo pasaje se utiliza el mismo calificativo que en Apo 1:5, el "primogénito de los muertos".

En este sentido significa también el primero de todos los muertos que ha resucitado para la eternidad. Todos los otros resucitados de los que habla la Escritura, fueron resucitados a la vida terrenal, y como consecuencia de ello, volvieron a morir en algún momento posterior, en tanto que Cristo resucitó a la vida eterna, con un cuerpo glorificado que ya no volverá a sufrir la muerte: Él venció a la muerte.



Conclusiones.

El uso de la palabra "primogénito" en la Biblia para calificar a Cristo, se refiere a:
• Que en la familia de Dios (los hijos e hijas de Dios), Jesús tiene un puesto de preeminencia y privilegios. Él es el Señor, el que tiene autoridad sobre todos los creyentes en particular y sobre todos los hombres en general.
o Por ello, necesitamos obedecerle. El Señorío no es un título honorífico que le asignamos, es la manifestación de un estilo de vida obediente a la voluntad de Dios, que Él representa, y ante la cual nosotros nos rendimos y perseguimos (convertirnos en discípulos de Él).
• Que por delegación del Padre, como el primogénito, Él cuida de nosotros intercediendo todo el tiempo (Rom 8:34) a la diestra del Padre y por medio del Espíritu Santo que es "otro Parakletos" (Ayudador del mismo tipo, Jn 14:16), que es nuestro Consolador, Maestro, Guía, Empoderador, Sanador, Restaurador, etc., en el nombre de Cristo.
o Que maravillosa seguridad nos da el hecho de saber que Él es nuestro hermano mayor, y que como tal, Él nos cuida. Siendo Él la imagen de Dios Todopoderoso, podemos vivir confiadamente sabiendo que Él tiene todo bajo control, operando a nuestro favor, para que lleguemos a ser más que vencedores en todo después que haya utilizado las situaciones de nuestra vida para formarnos a su imagen.
• Que es el primero en Quien se ha cumplido la promesa de la resurrección definitiva, y como nosotros estamos en Él, como creyentes en la tierra hemos pasado de muerte a vida por cuanto nuestro espíritu que antes estaba muerto ha nacido de nuevo, y además, como estamos en Él, por cuanto Él resucitó a la vida eterna, nosotros también resucitaremos con Él a la vida eterna.
o Que grandiosa seguridad la que ello nos proporciona. No podemos ni debemos abrigar la más mínima duda respecto a que nuestra redención no solo está cerca, sino que además es ciertísima, sin lugar a dudas se cumplirá. Que así como Él resucito con un cuerpo glorificado, así mismo nosotros resucitaremos con Él de la misma forma.
• Que en cuanto a la creación, como Él es anterior a todo lo creado (sin que Él mismo haya sido creado), y que fue creado por Él mismo y que lo sustenta con la Palabra de Su Poder, Él tiene autoridad sobre todo ello.
o Ello nos da un enfoque y una dimensión ministerial muy significativa y diferente a la que ordinariamente sostenemos en el Cuerpo de Cristo.
o Nuestro enroque y dimensión ministerial no está necesariamente ubicada en las cuatro paredes de la Iglesia, sino más bien fuera de ellas porque hemos sido designados por Él como ministros de la reconciliación (2 Cor 5:18) para volver todas las cosas bajo el pleno señorío de Cristo (Col 1:18, Rom 8.19-21).



22 Sep 2014