Estudio Bíblico

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Módulo 216. El libro de Nehemías y la administración ministerial.



TEMA NO: 13.

PROBLEMAS DEL MINISTERIO (4).



NEH 6:1. Ministerio. Oposición.

En este momento, en el cual el trabajo ya está casi terminado, el enemigo comienza a usar unas estrategias distintas.

Si analizamos las diferentes fases de la oposición del enemigo (Neh 2:10, Neh 2:19-20, Neh 3:5, Neh 4), comenzó con las burlas, siguió con las amenazas, y ahora quiere la negociación (concesiones).

Ninguna de las cosas que ha dicho anteriormente han parado la obra (solo han disminuído un poco el ritmo) y ninguna de sus amenazas se han cumplido. Recordemos que el enemigo no tiene ningún poder, más que si creemos sus mentiras. Todos sus argumentos son mentirosos y no tenemos por qué creerlos, aun cuando las circunstancias pudieran darle algún tipo de fundamento a sus mentiras.
• El enemigo solo tiene dos armas que puede usar contra nosotros, pero ninguna de ellas tiene poder a menos que nosotros se lo demos: la mentira y la perseverancia (no tiene nada que perder, así que puede disponer de todo el tiempo que necesite para hacernos tropezar, incluso tejiendo una "tela de araña" para hacernos caer más tarde, Neh 6:4).

En esta nueva fase de oposición, se trata de vestir como oveja, negociador, reconciliador, aunque sus intenciones siguen siendo las mismas: parar la obra del Señor. En este tipo de estrategias del enemigo tenemos que tener sumo cuidado porque la presión de la oposición anterior, nos puede llevar a pensar que es posible obtener un respiro y hacer concesiones, que a la larga, pueden constituír grandes errores, como nos enseña el Libro de Nehemías en este capítulo.


No nos dejemos distraer.
El enemigo siempre conoce el poder y el potencial que Dios ha puesto en nosotros para cumplir Su visión (Exo 1:7-10). Y como él es el único perdedor, por todos los medios va a tratar de que no creamos en ese poder y ese potencial (Exo 1:11-14). Y para ello usa las distracciones.

La vida está llena de distracciones (Mat 13.18).
• Falta de atención y/o dedicación para el entendimiento de las cosas.
• Aflicción, persecución.
• El afán diario y el engaño de las riquezas.
• La vanagloria de la vida.

Con frecuencia, las visiones se pierden entre las numerosas luces que aparecen en el horizonte de la vida.
• Se sacrifican las cosas importantes a favor de las urgentes.
• Lo que podría ser se pierde muchas veces en medio de la agitación de lo que es.
• Lo que debería ser queda sepultado bajo lo que tiene que ser.
• El afán diario de la vida es muy duro con las visiones.

La vida se vive en el presente, con todo y sus necesidades que requieren atención.
• La visión es para el futuro.
• Y eso hace que sea atrayente dedicar la atención más al presente que al futuro.

Hay tres tipos concretos de distracciones que van a tratar de venir en contra de la visión:
• Las oportunidades.
• Las acusaciones falsas.
• Los temores.


Las oportunidades (Neh 6:1-2).
Todos los días aparecen oportunidades en cuanto a diversión, deportes, economía, relaciones, religión, inversiones, carrera, negocios, vacaciones, etc., que tienen el potencial necesario para distraernos de las cosas principales que Dios nos ha llamado a hacer.
Lo más frecuentes es que sean las buenas cosas las que tengan el mayor potencial para distraernos de las mejores.

Solución.
• Para realizar las cosas importantes es necesario que aprendamos a negarnos en cuanto a algunas cosas buenas (cambiar lo bueno por lo mejor).
• Necesitamos trabajar duro para distinguir entre las cosas buenas y las principales; entre las buenas oportunidades y aquello a lo que estamos llamados.


Las acusaciones falsas (Neh 6:5-7).
Si estamos apasionados acerca de algo que aún no es, siempre va a haber alguien que nos critique y ponga en tela de juicio nuestras motivaciones porque estamos dejando lo mejor por algo que ni siquiera ven como realizable. Muchas personas no van a entender la intensidad con la que nos concentramos en la visión:
En nuestra sociedad no estamos acostumbrados a que las personas desechen las buenas oportunidades por algo que aún no existe.
• Hay una desconfianza general en cuanto a los que están tratando de hacer algo nuevo o de renovar, sobre todo si afirman estarlo haciendo por una razón que no sea su provecho personal.
Y algo más, no solo nos van a acusar de aquello mismo que estamos tratando de evitar, sino que es probable que nos acusen de todo aquello de lo cual son culpables ellos mismos ("proyección").
La gente necesita una explicación sobre la conducta poco usual de las personas que tienen una visión, pero lamentablemente, con frecuencia, no están dispuestas a aceptar la verdad.
• Por eso, aunque la explicación sea coherente, la desechan y piensan otra cosa (piensan lo que quieren pensar, no la verdad).
Las personas con visión destacan entre los demás, y eso hace sentir incómodas a muchas personas. La corriente de la sociedad siempre se mueve hacia la conformidad y presiona por cualquier medio a los que no se ajustan a que se ajuste.
Todas estas cosas tienen el potencial de generar inseguridad o ira en nosotros.
• Y ambas son un estilo de enfoque: distraen.
• Las emociones que hacen brotar las palabras de nuestros críticos tienen el potencial de distraernos de la visión.

Solución.
A los detractores no es posible convencerlos de lo contrario, por lo cual no vale la pena intentarlo.
Pongamos nuestras frustraciones e ira en las manos de Aquel que fue quien nos metió en el asunto y dejemos que el tiempo diga quién estaba en lo cierto (Neh 6:14).
• Lo peor que podemos hacer es permitir que la frustración o la ira nos desenfoquen
• Nuestro mejor defensor va a ser el éxito del cumplimiento de la visión.
• Es difícil discutir con el éxito, y más aún, con el éxito que exige una intervención divina (Neh 6:15-16).
No tenemos que responder a nuestros críticos aunque ellos harán cuanto esté en su poder para hacernos pensar lo contrario.
• Solo tenemos que responder ante Aquel que nos invitó a colaborar con El para crear lo que podría y debería ser.
• Lo que Dios ha decidido que sea, será.
• A nosotros solo nos toca la responsabilidad de permanecer fieles.


El temor (Neh 6:10-13).
Toda visión comprende elementos que son desconocidos, principalmente en las primeras etapas. Todos los que desarrollan una visión se deben enfrentar a unos cuantos escenarios del tipo "y si.....", y resolverlos. Esos escenarios posibles son una forma de enfoque que tienen el potencial de generarnos temor porque lo desconocido es un campo fértil para él.
• Y el enemigo va a tratar de explotar esas posibles fuentes de temor, a través de la intimidación, la intriga, el engaño, etc.
• El temor puede causar que comencemos a evaluar nuestra situación a partir de las cosas malas que podrían llegar a suceder, y no de las cosas buenas que queremos que sucedan.
• Y en la prevención de esas cosas malas puede tratar de ponernos en situaciones tales que tomemos decisiones que nos desacrediten ante los demás y socaven nuestra autoridad.

Solución.
• No permitamos que el temor a lo desconocido nos aleje de lo que Dios nos ha puesto en el corazón que hagamos (2 Tim 1:7).
• Peor que el fracaso es vivir lamentándonos de no haber dado nunca el paso de fe para seguir nuestra visión.
• Además de que la persona a la que Dios le ha encomendado una visión tan importante, no tiene necesidad de echarse atrás por temor (Si El es por nosotros, ¿Quién podrá venir en contra de nosotros?, Rom 8:31).


Nehemías a todas las distracciones que le pusieron enfrente contestó: "No puedo, estoy haciendo una gran obra y no puedo ir". Cuando lleguen las distracciones, recordemos estas tres cosas:
• Estamos haciendo una gran obra y no podemos ir.
• No tenemos que ganar un concurso de popularidad. Tenemos que cumplir con una visión, que muchas veces, por su naturaleza e implicaciones, va a molestar a muchos con quienes no vamos a ser populares.
• El éxito le calla la boca a los críticos.
• La importancia de nuestro llamado hace que desechemos la opción de echarnos atrás.


NEH 6:17. Ministerio. Oposición (luchas de poder).

Una de las cosas que pueden suceder cuando avanzamos en el cumplimiento de la visión de Dios y las cosas más duras ya las hemos afrontado y resuelto, el enemigo, que sigue interesado en neutralizarnos, use la vanagloria de la vida para incitar a algunos que quieran aprovecharse de la situación para incrementar su poder. Eso fué lo que le sucedió a Nehemías para cuando terminó los muros.

Con mucha seguridad, los principales de Jerusalén, que habían apoyado la obra, ahora que la veían terminada y que suponían que Nehemías iría de vuelta Persia a para reasumir su posición como copero del rey, comenzaron a negociar quién se haría cargo del poder en Jerusalén y el reacomodo de sus posiciones.

Y obviamente, como el enemigo anda como león rugiente viendo a quién devorar (1 Ped 5:8-10), no quiso dejar pasar la oportunidad de aprovechar la situación para mantener su posición.

No había logrado parar la obra de ninguna manera, pero seguía tratando de neutralizar el surgimiento de Jerusalén y ahora usaba la táctica de las luchas de poder

Usando algunos contactos que tenía dentro de Jerusalén, que tenían un pie en ella pero también un pie en el mundo de Tobías (un tipo de los creyentes carnales), comenzó a conspirar para hacerse con el poder de la ciudad reconstruída (sus aliados proclamaban las buenas obras de él delante de Nehemías).

La forma como Nehemías combatió esta situación fue tomando tres medidas:
• Permaneciendo él en Jerusalén por doce años.
• Nombrando a personas espirituales para los cargos importantes de la ciudad (Neh 7:1-2).
• Concentrando la atención del pueblo en la celebración y agradecimiento a Dios por la reconstrucción de los muros (Esd 8.1-6).

05 Jul 2012