Estudio Bíblico

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Módulo 216. El libro de Nehemías y la administración ministerial.



TEMA NO: 10,

PROBLEMAS DEL MINISTERIO (1).



NEH 2:10. Visión y oposición. (Neh 2:10, 4:1, 4:8, 4:16-23, 6:1).

Una visión de Dios (lo que podría y debería ser en lugar de lo que es), siempre va a desatar la oposición de aquellos que están acomodados al status quo y/o que se benefician egoístamente de él.
• De hecho, una visión sin oposición debería hacernos meditar muy profundamente si en realidad es una visión de parte de Dios.
• Las visiones de Dios siempre representan cambios y los cambios siempre generan alguna resistencia a los mismos por temor a lo desconocido, al fracaso, a la seguridad, a la comodidad.
• Son un llamado al esfuerzo, al trabajo, a la diligencia, a salir de la zona “cómoda”.

En el momento en que nos fijemos una visión, una misión, unos objetivos y/o unas metas, y comencemos a trabajar en pro de alcanzarlos, podemos esperar la oposición y posiblemente las burlas y las críticas.
• Ellas, generalmente, provienen de aquellos que saben que deberían estar haciendo lo mismo y se sienten condenados dentro de sus propios corazones porque están evadiendo esa responsbilidad (Fil 1:6, Prov 4:18).
• En tal sentido, entonces, debemos tomarlas como halagos disfrazados.

Cuando por seguir una visión de Dios que introduce cambios, enfrentemos oposición, burlas, ironía, o cualquier otro tipo de oposición, no desmayemos, sigamos adelante. Recordemos las Palabras de Jesús en Jn 16:33 y Mat 5.10-13.

En el ministerio hay batalla, pero mayor es la victoria: “...les disgustó mucho que alguién hubiera venido a procurar el bienestar de los hijos de Israel...”
• Las visiones de Dios siempre representan cambios y los cambios siempre generan resistencia. La resistencia de las personas tiene origen espiritual (Heb 11:3).
• El ser humano fué diseñado por Dios para cambiar y desarrollarse y para transformar su entorno y desarrollarlo (Gen 1:28, Prov 4:18). Toda resistencia a cambiar y desarrollarse (seguridad, comodidad, conformismo) no viene de Dios. Es una forma común, aunque sutil (falsamente justificada, espiritualizada) de temor, que pretende mantenernos en esclavitud (Rom 8:15).

La oposición se va a manifestar de muy variadas maneras.
Antes de iniciar la obra, generalmente, interna, con afirmaciones como "no se puede", "nunca se ha hecho así", "no somo", "no tenemos", "no lo vamos a lograr", "¿para que?", etc., que en la mayoría de los casos son resultantes de una falta de identidad personal y colectiva, falta de fe y confianza en el Dios Todopoderoso que nos está enviando a hacer su obra, y/o acomodamiento.
Una vez comenzada la obra, generalmente, externa:
• Escarnio, menosprecio, burlas, para demoralizar (4.1 y 4:5)
• Rumores e intentos de manipulación por tergiversación de nuestras intenciones (“¿Os rebeláis contra el rey?”, Vrs. 2:19).
• Enojo y furia, escarnio, burla, menosprecio, ridiculización, demeritamiento de lo que se hace (Vrs. 4:1-3).
• Conspiración, intimidación, amenazas (Vrs. 4:8, 11).
• Disturbios (4:8) para provocar temor (4:14), división (5:1) o inutilidad (4:10).
• Distraer al liderazgo, truncar la cabeza (6.1).
• Seguramente, van a lograr amedrentar a algunos de los nuestros y los van a usar, consciente o inconscientemente como mensajeros de temor contra nosotros (“se lo digo a Juan para que lo oiga Pedro”).
El enemigo es perseverante (4:1, 4:8, 6:1, 6:4, 6:5), aunque está vencido (Col 2:15).

El ministerio es edificar y batallar, consolidar lo alcanzado y avanza; ni un paso atrás, solo hacia delante; Dios pelea por nosotros, pero nosotros empuñamos el arma.



NEH 4:1. Ministerio. Oposición.

Oposición.
Cuando estamos cumpliendo la voluntad de Dios, debemos esperar problemas.
• La crítica o la oposición no implican estar fuera de la voluntad de Dios.
• Ello puede provenir justamente de estar dentro de Su plan.
Caminar por fe implica la hostilidad de los que andan por vista: se sienten reprendidos por la vida de fe y porque no tienen la visión que nosotros tenemos.
Si el mundo no recibió a Jesús, si se le opuso, también lo va a hacer con nosotros.
Ante la oposición, lo que necesitamos hacer es redoblar nuestros esfuerzos para seguir en la ruta trazada por Dios para el ministerio.
• Ni un paso para atrás, ni detenerse, sólo para adelante.
• Perseverancia, sagacidad.

Las armas del enemigo.
 Oposición (Neh 2:19, 4:1-4, 4:7-8, 4:11-14, 5:1, 5:15, 6:1-2, 6:6, 6.9-10, 6:12-13, 6:18-19)
 Críticas (Neh 2.10)
 Burlas (Neh 2:19, 4:1).
 Menosprecio, desprecio (Neh 2.19, 4:2-4)
 Conspiración (Neh 4:7-8, 6:2) y conjuras (Neh 6:18)
 Temor (Neh 4:11-14, 6:10, 6:19)
 Poner cargas y enseñoreamiento sobre otros (Neh 5:15).
 Falsas acusaciones (Neh 6:6, 6:13): chismes, críticas, acusación, condenación.
 Amedrentamiento (Neh 6:9)
 Soborno (Neh 6:12).
 División (Neh 5:1).
 Distracciones (Neh 6:1).

Críticas.
La visión (que trae cambios y mejoras) va a generar reacciones negativas en los que están acomodados al status quo o se están beneficiando de él a costa de los demás. Una de esas reacciones son las críticas.
Parte de los requisitos no escritos del trabajo para un ministro y/o persona en autoridad, es la capacidad de manejar la crítica. Ningún líder (y todo creyente lo es) está exento de ella. Ella es parte del liderazgo: si no es criticado es posible que sea porque no está haciendo o logrando nada.
Si las personas que lo critican están atentas a la voz de Dios, es mejor poner atención. Jamás se verá más claramente su humildad que en la manera en que la acepta y reacciona ante ella.
Un líder sabio evaluará la oposición (el espíritu y la actitud); también considerará la voz a la cual pone atención la oposición. Si la crítica no viene de Dios, y la mayoría no viene de El, entonces la mejor manera de vencerla es pasarla por alto, no detenerse en ella. Nehemías mientras dirigía a los demás en la construcción del muro tenía sus ojos puestos en Dios.
Lo que promueve la crítica y la oposición, muchas veces, es el progreso de la obra en proceso. El corazón de los críticos habituales se resiste al cambio porque lo consideran una amenaza. Los que son más inflexibles para el cambio, usualmente, son los más críticos. Usualmente, los críticos se unen a los críticos (Neh 4:2-3). Usualmente, los críticos ven las situaciones desde el punto de vista humano; no se detienen a pensar que pudieran estar criticando el proyecto de Dios (Neh 4:3). Las personas que ven la vida desde el punto de vista humano tienen problemas con los proyectos que requieren pasos gigantes de fe.


Las críticas siempre tienen un propósito en mente: desalentarnos. Si no lo sabíamos, pronto lo descubriremos:
• Las visiones atraen las críticas.
• Es fácil criticar las visiones.
Las visiones son difíciles de defender contra las críticas.Las visiones, por lo general, comprenden dos elementos que muchas veces hacen que atraigan una atención negativa: la ausencia de detalles y el cambio.


La ausencia de detalles. La naturaleza misma de la visión consiste en que hay mucha más información sólida en cuanto al qué del asunto, que en cuanto al cómo.
• Cuando comiencen a poner en duda la forma en que se va a realizar su plan, las cosas se van a poner un poco complicadas.
• Esa es la naturaleza de las visiones, por lo menos al principio.
• Si no hubieran esos vacíos, alguna otra persona ya hubiera hecho lo que usted quiere hacer.


El cambio. Tal ves esa visión le recuerda a alguien lo que él no es. Pero al mismo tiempo, le recuerda lo que podría y debería ser. Y lo único que saben hacer es criticar.
• Posiblemente esa visión se refleja mal en aquellos que están satisfechos con las cosas tal como están.
• Por eso hacen cuanto pueden para desanimarnos e impedir que progresemos.
• Los que no tienen visión en cuanto a sus propios logros se sienten amenazados por aquellos que hemos decidido levantarnos y hacer algo.
• Sus inseguridades con respeto a sus propias carencias afloran o se ven obligados a mirar con dolor dónde están y compararlo con el nivel en el que podrían estar.
• Tal vez nuestra visión esté haciendo que alguien cercano a nosotros se sienta como si estuviera perdiendo el control. Puede estar fomentando la inseguridad de aquellos que tienen autoridad sobre nosotros. Por eso abren fuego, en un intento por traernos de vuelta al nivel de ellos.


Las visiones, con frecuencia, mueren a manos de sus críticos.
• La muerte de la visión. Cualquiera que sea lo que esté impulsando a nuestros críticos, si permitimos que nos atrapen, se puede apagar la luz.
• Nos vamos a descorazonar, nos daremos por vencidos. Lo que podría y debería ser nunca llegará a ser. Por lo menos, no como resultado de nuestro esfuerzo. Y cuando nuestro sueño muere, también muere parte de nosotros mismos.
• Tanto si llegan en forma de afirmación directa, o empacadas en una sutil sonrisa, las críticas pueden tener efectos devastadores sobre una visión.
• Si las internalizamos, terminaremos desalentándonos y echándolo todo a rodar. Y es comprensible. En la mayoría de los casos, las circunstancias apoyan el punto de vista de nuestros críticos.


¿Cómo debemos reaccionar?. Toda visión que viene de Dios tiene sus raíces en la visión general de Dios para este mundo.
• Mientras nuestra visión este enlazada de alguna manera con lo que Dios está haciendo, tendremos una increíble opción cuando se trate de responder a las críticas.
• Lo primero que hace la mayoría de las personas cuando son atacadas es defenderse o ejercer represalias.
• La blanda respuesta quita la ira; la palabra áspera hace subir el furor (Prov 15:1).
• El corazón del justo piensa para responder, más la boca de los impíos derrama malas cosas (Prov 15:28-29). Si queremos acabar con una discusión, cerremos la boca.
• Tiene que prevalecer la persistencia del sentido común: cuando tememos que los ladrones van a entrar a nuestra casa, oramos pero también aseguramos las puertas;. nos quedamos sin trabajo, oramos pero también salimos a buscar uno. Es más fácil timonear y dirigir un vehículo que se mueve que uno que está inmóvil.
• Nuestra reacción ante las críticas es un asunto espiritual, y Nuestro Padre Celestial está más que dispuesto a entrar en el conflicto, y respaldarnos.
• Nehemías hizo tres cosas. Oró. Recordó la fuente de su visión. Revisó su plan.


Orar. Nehemías pasa directamente de las críticas a la oración. Esto explica su tono hostil.
No se tomó tiempo para tranquilizarse, no puso en orden sus pensamientos.
• De inmediato le pasó de manera directa todo lo que estaba pensando y sintiendo al Único que podía hacer algo al respecto. No le endulzó la píldora. No lo espiritualizó, solo se descargó.
• Y después, siguió trabajando.
Al responder de esta forma evitó un error común asociado con las críticas: no permitió que sus enemigos se convirtieran en el foco de su atención.
• Nuestra respuesta natural a las críticas consiste en defendernos.
• Sin darnos cuenta, nuestro enfoque comienza a desviarse.
• En lugar de centrarnos en la visión lentamente nos vamos centrando en los críticos.
Las críticas tocan nuestras emociones y ellas tienen que ir a alguna parte.
• Reflejarlas de vuelta sobre nuestros críticos equivale a jugar el juego de ellos.
• Dejarlas encerradas dentro de nosotros puede tener por consecuencia la depresión o las úlceras.
• Otra opción consiste en reflejarlas sobre alguien totalmente ajeno a la situación: cónyuge, amigos, empleados, o hijos.
• Esto solo complica las cosas.
Lo único sano y provechoso que se puede hacer es derramar el corazón ante el Padre Celestial. Al fin y al cabo, El conoce de todas formas lo que tenemos en el corazón, y además, El tiene experiencia.
• Le honra que nosotros tomemos nuestras frustraciones y nuestros dolores más profundos, y se los llevemos a El.
• Hacerlo es una manifestación de confianza.
• Este tipo de comunicación sincera es necesario para desarrollar la intimidad con El.
La oración pone a las críticas en el contexto correcto.
• Cuando evaluamos las palabras de los críticos a la luz de nuestros limitados recursos, nuestros planes mal esbozados y nuestra ingenuidad, pueden resultar abrumadoras.
• Pero cuando las ponemos contra el telón de fondo de los recursos infinitos y la omnisciencia del Padre, pierden su poder.


Recordar. Nehemías recordó quién era el que lo había llevado a Jerusalén, la intervención de Dios en todo, lo que podía y debía ser cierto.
Estos recuerdos le dieron el valor necesario para seguir adelante, a pesar de las críticas y las amenazas.
• Recordó intencionalmente los sucesos que lo habían llevado a aquel momento.
• Reflexionó sobre la fidelidad de Dios.
• Al mirar atrás, encontró la energía necesaria para seguir adelante.
• Entonces, una vez más, demostró su capacidad de líder, llamando a recordar a los habitantes de Jerusalén (Neh 4:14).
Enfrentó el presente a base de centrar la atención de todos en la fidelidad de Dios en tiempos pasados y en una visión para el futuro.
• Total, no se habían metido en aquel proyecto porque estuvieran convencidos de que tendrían la firmeza, la competencia y la entrega necesarias para llevarlo adelante.
• Estaban participando en aquel proyecto porque era lo que Dios les había puesto en el corazón que hicieran.


Revisar el plan. Nehemías también reaccionó de manera estratégica (Neh 4:9).
• Comprendía el delicado equilibrio que hay entre caminar por fe y guiar de manera estratégica.
• Tenía la confianza puesta en Dios, pero al mismo tiempo no abandonaba su responsabilidad de hacer cuanto pudiera para seguir adelante con la visión.
• Así que revisó su plan (Neh 4:16-18). Sabía que no tendrían la más mínima oportunidad de defenderse sin la intervención de Dios.
• No obstante, poner guardias se trataba de un paso responsable. Hizo lo que sabía hacer, y confió en que Dios haría el resto.


En algún momento, nuestra visión atraerá críticas. Al fin y al cabo estamos introduciendo cambios. Nuestro plan estará lleno de problemas. Sabemos lo que podría y debería ser, pero no tenemos tan claro cómo se va a producir. Las visiones no vienen con instrucciones; con pasión sí, pero no con instrucciones completas. Canalicemos nuestras emociones hacia nuestro Padre Celestial. Recordemos quién fue el que nos llamó, y por qué. Si es necesario, revisemos nuestros planes y después esperemos que El haga funcionar lo que el mismo originó. Respondamos a las críticas con la oración, el recuerdo y, si es necesario, con una revisión del plan.


05 Jul 2012