Estudio Bíblico

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Módulo 216. El libro de Nehemías y la administración ministerial.



TEMA NO: 09.

ADMINISTRACIÓN (2).



NEH 2:6-8. Visión y liderazgo. Éxito y recompensas.

Si estamos donde Dios nos quiere, cumpliendo con las responsabilidades que Él nos ha encomendado, estamos triunfando. Ese es el verdadero éxito de la vida.
• Es muy posible que no estemos viendo ni experimentando las recompensas del éxito al estilo del mundo, no obstante, estamos triunfando.
• El éxito consiste en permanecer fiel al proceso que Dios nos tiene trazado.
• Ciertamente a lo largo del camino hay cosas significativas y agradables pero el éxito no consiste en esas cosas: un aumento de sueldo, el ascenso, el reconocimiento, etc.

Muchas veces el problema que tenemos es que no estamos experimentando lo que el mundo dice que son las recompensas del éxito y por ello deducimos que no estamos triunfando, pero eso no es así en absoluto.
• En esos momentos el éxito consiste en permanecer fiel a la visión.
• Cada día de fidelidad en el que actuamos con lo que tenemos es un día de éxito, como el que tendremos el día que veamos materializada nuestra visión.
• Tal vez los demás no reconozcan nuestro éxito hasta ese momento, pero eso no hace nada para disminuir la importancia de lo que se ha estado produciendo a lo largo del camino.
• La confusión entre el éxito y las recompensas es una de las principales razones por las que mucha gente abandona sus sueños.



NEH 2:8. Detalles importantes.

"Para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estaré". Nehemías no solo pidió para la obra de Dios. Si bien es cierto la obra de Dios era su prioridad y la mayoría de sus pedidos y el volumen de los mismos era para la obra de Dios, también pidió para él en lo personal de lo que iba a necesitar, porque el obrero del Señor es digno de su salario. Y Dios suple para nosotros. Dios no nos quiere tener en escasez y limitación. Dios quiere darnos lo necesario, y aún un poco más abundantemente de lo que necesitamos porque El da semilla al que siembra.

"Y me lo concedió el rey, según la benéfica mano de mi Dios sobre mí". Nehemías no solo estuvo clamando a Dios por ayuda. También cuando recibió la ayuda y los recursos por los cuales había estado pidiendo, reconoció de donde venía todo ello, y agradeció a Dios por ello. Muchos de nosotros pedimos y clamamos a Dios por nuestra provisión y por la solución a nuestros problemas, pero cuando obtenemos lo que hemos pedido, nos olvidamos de agradecerle a Aquel a quién lo debemos todo, y peor aún, muchas veces nos asignamos nosotros el mérito de haberlo recibido. Siempre necesitamos tener presente que no tenemos ni recibimos nada que no nos sea dado de lo Alto, del cielo, del Padre de las Luces, de quién viene toda buena dádiva y todo don perfecto para nosotros.

Dios usa todos los recursos disponibles para su visión. Cuando Dios nos da una visión debemos estar abiertos a utilizar todos los recursos que tengamos disponibles para llevarla a cabo. Incluso Dios no solo trabajo con su pueblo para proveer los recursos para llevarla a cabo. También puede trabajar en el corazón de los incrédulos para bendecir a su pueblo y para hacer cumplir sus planes. (Prov 13:22b, Exo 12.35-36). Además, preparó los corazones del rey y de la reina para que apoyaran la visión y el plan de Nehemías, aún en contra de la lógica (los precursores del rey fueron los que habían destruido los muros de Jerusalén y habían incendiado la ciudad para someter al pueblo y a la ciudad bajo su dominio) (Fil 1:6, Num 23:19, Hab 2.2-3, Luc 1:37)

La importancia de la oración. Siempre, en toda circunstancia favorable o contraria, como va a quedar en evidencia en el resto del libro, el primer impulso de Nehemías era orar. Cuando estaba frente al rey respondiendo sus preguntas sobre lo que quería hacer, no había tiempo de encerrarse en un cuarto para orar ni para clamar a gran voz. El clamo dentro de su corazón, pidió la ayuda a Dios desde el fondo de su corazón. En los momentos de emergencia no hay tiempo para largas ni meticulosas oraciones (que por cierto, muchas veces, son más para tratar de “apantallar” a Dios o a los demás, pero no oraciones sentidas en lo profundo del corazón). Dios responde al corazón de la oración, no a la oración en sí (Jer 33:3, 1 Jn 5:14-15).

Planificación, orden y organización. La descripción de la parte que cada uno restauró y todo lo que hicieron al respecto es una evidencia de que el trabajo y la misión que Dios le había encomendado a Nehemías se planificó, ordeno y organizó adecuadamente. La planificación, el orden y la organización siempre van a conducirnos al buen éxito, junto con el liderazgo eficaz, porque esas son características de Dios y de todo lo que El hace (1 Cor 14:33, 14.40). Por el contrario, la improvisación, el desorden y la desorganización es la forma en la que el diablo trabajo para robar, matar y destruír (Gen 1:1-3).



Organización.

Mientras más sencilla, simple y básica sea la organización, mejor.
 Las buenas organizaciones establecen líneas de autoridad (mando y supervisión) claras  no hay confusión en cuanto a quién debe informar a quién.
 Las personas, por lo general, tienden a hacer lo que el líder inspecciona, supervisa, revisa; no lo que el líder espera que hagan.
El líder sabe que no puede hacer el trabajo solo, que necesita un equipo (Hab 2:2-4). Y también sabe que se va a encontrar en el camino con tres tipos de personas:
 Los que no quieren participar (Neh 3:5).
 Los que se involucran.
 Los que se involucran con pasión (Neh 3:20).
Los que van a formar parte del equipo son los que se involucran, los que se quieren comprometer (Hab:2:2-4), los que están dispuestos a caminar la milla extra (Mat 5:41).
 Una vez determinados los que se van a involucrar, el siguiente paso es delegar las tareas.
 Para ello, primero necesitamos dividir el proyecto en etapas, sub-etapas y tareas, y agruparlas por similitudes.
 Después de ello, asignárselas a personas específicas, adecuadas para las tareas por sus capacidades y dones (Exo 18:13-26)(Sal 139:13-16).
 Finalmente, en conjunto con ellas, desarrollar descripciones de tareas que sean específicas, claras y sencillas.
El éxito en el proyecto va a depender de la unidad y la cooperación entre todos los miembros del equipo, no de la competencia entre ellos (Ecle 4:9-12).
 “La palabra “Éxito” se deletrea “e-q-u-i-p-o” (B.C. Forbes).
 “Reunirse es un buen comienzo, mantenerse juntos es progresar, pensar juntos es unidad, y trabajar juntos es triunfar” (Henry Ford).
Dos tareas muy importantes del líder, una vez formados los equipos e iniciado el trabajo (además de la planificación, la organización, la coordinación y la supervisión), son:
 Animar, alentar.
 Agradecer.



Aliento, ánimo.

En todo proyecto es normal que van a presentarse dificultades, resistencia a los cambios, obstáculos, oposición, etc. (Neh 2:17-18). El líder necesita averiguar las razones de la oposición, para enfrentarlas y alentar a las personas al cambio (1 Cor 16:8-9).

Para ello, espera el momento oportuno, no se precipita. (Neh 2:11, Ecle 3:1-10, Ecle 3:11, Ecle 8:6).

Evalúa la situación real (Neh 2:12-13) no dejándose llevar por rumores, chismes, suposiciones u opiniones subjetivas  busca la objetividad (Prov 23:23, Prov 18:13, Prov 14:15) y para ello, investiga, recaba datos y los comprueba.

Se identifica con su equipo (Neh 2:17-18).
 “Soy uno de ustedes, soy responsable del problema” (cuando echamos culpas, disminuímos el entusiasmo del otro y, por lo mismo, afectamos al equipo).
 Comparte sus cargas y sus necesidades.
 No enfatiza en “tu idea” o “mi idea” sino que socializa las ideas para que sean de todos, para que todos se las apropien, las hagan suyas (no para que lo reconozcan).

No oculta la seriedad de los problemas (cuando se hace eso, en la práctica, por lo general, lo que se está haciendo es menospreciando la capacidad del equipo para entenderlas, enfrentarlas y resolverlas).
 Después de enfrentarse a la realidad él personalmente, necesita que su equipo se enfrente también a ella.
 Apela a la diferencia entre lo que tienen y lo que pueden llegar a tener.
 Apela a la preocupación común de ellos (en este caso, la gloria de Dios).
 Apela a motivos internos (convicción, compromiso, certeza) no a externos (premios y castigos). Cuando se apela a motivos externos no se apela a la madurez de la persona sino a su infantilismo, y en una buena cantidad de casos, lo que se busca es manipular a las personas.

Una vez hecho lo anterior, requiere respuestas específicas de parte de su equipo  acciones y compromisos concretos.
 Anima con su testimonio personal (Neh 2:18).
 Transfiere la visión a su equipo, su compromiso con ella.
 Las personas se sienten más inclinadas a seguir personas con las que se puedan identificar, que evidencien que Dios las está respaldando, que a seguir programas (1 Cor 11:1).



Agradecimiento.

Los buenos líderes reconocen el esfuerzo de sus colaboradores (todo el capítulo de Neh 3).
 Conocen sus nombres.
 Les atribuyen el mérito por el trabajo realizado (no se lo atribuye él).
 El reconocimiento es un principio de buen liderazgo (Rom 16).
 Necesitamos desarrollar formas para que las personas sepan que están haciendo un buen trabajo.
Las palabras “con fervor” (RV60) o “con entusiasmo” (NVI) son las únicas palabras descriptivas en el capítulo (Neh 3:20).
 Si queremos reconocimiento por nuestro trabajo, necesitamos hacerlo con entusiasmo.
 Dios se da cuenta del fervor (entusiasmo, dedicación, diligencia).
 La palabra griego que se traduce “entusiasmo”  “ser poseído por Dios”.
Son muchas las iglesias y las organizaciones que funcionan bajo el principio de Pareto (80/20).}
 El 20% de las personas hacen el 80% del trabajo.
 El 20% del trabajo producen el 80% de los resultados.
 El 20% de las personas aportan el 80% de los recursos.
 Ello no debería ser así. Significa que todos los demás están obteniendo algo sin hacer nada. Sin embargo, Nehemías no se molestó con los que no participaron  se centró en los que si lo hicieron.
En todo proyecto vamos a encontrarnos con tres tipos de personas:
 Las que no se involucran (Neh 3:5).
 Las que se involucran.
 Las que se involucran con entusiasmo (Neh 3:20).
Dios lleva un historial de nuestro servicio y mayordomía.
 En última instancia, no importa lo que piensen los demás; lo que importa es lo que Dios piense (Col 3:22-24, Sal 75:6-7, 1 Cor 15:58).
 Rom 14:12, Jn 15:1-10, Mat 25:14-30  cuatro tipos de personas: sin fruto, con fruto, con más fruto y con mucho fruto.
Necesitamos concentrarnos en los que si están trabajando, y reconocérselos. Ese reconocimiento implica reconocer a los que están trabajando (todos) y hacer un reconocimiento especial de aquellos que lo están haciendo con mayor entusiasmo.

Neh 4:9. Ministerio. Planes. Flexibilidad.

No confundamos nuestros planes con la visión de Dios.
Cuando perdemos de vista la distinción entre nuestros planes y la visión que estamos siguiendo, nos estamos preparando para una gran dosis de desaliento. Los planes que han fallado no deben ser interpretados como si hubiera fallado la visión.
• La visión es lo que podría y debería ser.
• El plan es una suposición sobre la mejor manera de realizar la visión.
Nosotros somos capaces de suponer algo y equivocarnos. Y cuando lo hagamos, vamos a experimentar alguna medida de fracaso.
Pero esto nunca es una buena razón para abandonar la visión. Solo es una señal para abandonar el plan.
Cuando fracasa un plan, es necesario volver a lanzar la visión. Al volverla a lanzar permitimos que quienes nos rodean transfieran de nuevo su enfoque desde el plan fracasado hasta la visión original (Neh 4:15).

Las visiones se refinan; no se cambian. Los planes se revisan, y muy pocas veces permanecen sin cambios.
Seamos obstinados con respecto a la visión. Seamos flexibles con respecto a nuestros planes.
Las estrategias y los plazos siempre se pueden cambiar. Mientras revisamos nuestros planes, es posible que Dios decida refinar nuestra visión.
Todos, de alguna manera, nos resistimos a la idea de "ceder" ante nuestros críticos, pero no tenemos por que temer aprender de ellos.
• Es posible que sintamos que si revisamos nuestros planes como respuesta a algo que digan ellos, estamos cediendo.
• Nos puede parecer que estamos permitiendo que sean ellos quienes determinen nuestra agenda.
• Pero las cosas no son así en absoluto (Jesús persistió en su visión a pesar de sus críticos, que fueron muchos y muy fuertes).
Hay momentos en que todo visionario necesita tragarse su orgullo y revisar su plan.
• No permitamos que la fuente de la que procede una buena idea nos impida dejar que nos ayude a alcanzar mejor nuestra meta.
Al armar a los trabajadores y poner guardias, Nehemías reconoció una falla en su plan original, que aunque retrasó la terminación del muro, no permitió que lo apartará de la visión, sino que la reforzó.
• Al final, todo funcionó para ventaja suya.


05 Jul 2012