Estudio Bíblico

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Módulo 214. La Visión.



TEMA No. 6.
EL INICIO DE LA VISIÓN.



El inicio de la visión.
• Se forma en el corazón de los que no están satisfechos con el estado de las cosas.
• Con el tiempo esa insatisfacción madura hasta convertirse en una clara imagen de lo que podrían ser.
• Exigen cambio, implican movimiento y riesgo, y que nuestro corazón se mueva fuera de las fronteras artificiales que impone el mundo tal como es.
• Por ello, lo que puede y debe ser, no puede ser hasta que Dios esté listo para que sea.
• Así que muchas veces, por no decir siempre, hay que esperar.



Espera.
• Una visión clara no siempre indica que tengamos la luz verde para comenzar.
• Lanzarse a la acción demasiado temprano puede tener como resultado el fracaso, el desánimo y la desilusión.
• Hay tres cosas importantes que suceden mientras esperamos:
o La visión madura en nosotros.
 De la misma forma que no podemos apresurar el desarrollo de un niño en el seno materno, tampoco podemos apresurar el desarrollo de una visión.
 Es Dios quien establece el momento de su nacimiento.
 Actuar con demasiada rapidez es como dar a luz a un niño prematuro.
 Las visiones inmaduras son débiles y como el mundo se comporta con dureza antes las visiones porque significan cambios y el cambio no tiene la bienvenida en la mayoría de los escenarios de la vida.
 Para que una visión sobreviva, debe estar madura y saludable antes de entrar en contacto con el ambiente cínico, crítico y obstinado en el cual se espera que sobreviva.
o Maduramos como preparación para la visión.
 Dios necesita hacernos crecer al tamaño de nuestra visión.
 Es como la niña que se prueba el vestido de bodas de la madre, y no le sirve aún. Pero con el tiempo, después de que crezca lo necesario, va a dar la impresión de que fue hecho para ella.
 La acción antes de la preparación suele terminar en desastre.
 El se pone a obrar en nosotros a fin de prepararnos para lo que sabe que viene por delante.
 Nuestra visión no es más que una extensión de la visión de Él, y su horario es perfecto.
 Su visión nos va a capacitar para que soportemos la preparación.
 La visión siempre precede a la preparación.
o Dios trabaja tras el escenario, preparando el camino.
 Nuestra visión personal solo es una pequeña pieza del rompecabezas divino.
 La visión de Dios para nuestra vida es mucho mayor que nosotros y sin Su intervención y preparación del escenario para su cumplimiento, no vamos a ser capaces de realizar ni siquiera la pequeña parte que nos toca en la operación.
• ¿Cómo saber si nuestra visión es auténtica?.
o Terminamos considerando como un imperativo moral el realizarla.
o Va a estar en sintonía con lo que Dios está haciendo en el mundo.



Oración y planificación.
• Es frecuente que durante los tiempos de espera para ver iniciado el cumplimiento de la visión, ella muera, porque para muchas personas sin la actitud adecuada, es desalentador seguir soñando con algo que al parecer no tiene ni la más remota posibilidad de llegar a suceder (y con las visiones que vienen de Dios sucede eso: sin Su intervención son imposibles de realizar).
• Mientras esperaba, Nehemías hizo dos cosas:
o Oró.
 La oración es crítica para el desarrollo de las visiones:
• Vemos lo que no estamos esperando ver.
• Nos mantiene buscando.
• Nos mantiene a nosotros a la espera de Su intervención.
 Nehemías pidió dos cosas en su oración relacionadas con la visión.
• Oró para pedir una oportunidad, no que Dios reconstruyera los muros.
o Esa es la diferencia entre un soñador y un visionario:
 El soñador piensa en lo que podría ser y en lo bien que estarían las cosas si eso se lograra.
 El visionario quiere ser parte del cambio, quiere una oportunidad para hacerlo.
• Pidió gracia, favor, misericordia.
o Humanamente hablando, no había posibilidad alguna de que el rey apoyara la visión.
o Pero la oración nos lleve mucho más allá de las posibilidades humanas.
o Podemos estar seguros de que Dios puede cambiar todas las circunstancias y los corazones de las personas que se interpongan entre nosotros y el cumplimiento de la visión que Él nos dio (“¿Hay acaso algo imposible para Él?).
 Centremos nuestras oraciones en lo que sabemos que es necesario que suceda para llevar la visión a su punto de lanzamiento.
o Hizo planes.
 No permitamos que la aparente imposibilidad o improbabilidad de la visión nos impida que desarrollemos una estrategia.
• Debemos planificar como si supiéramos que la visión se va a realizar (“Dios llama las cosas que no son como sí fueran” y “La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”).
• El ya lo tenía todo pensado antes de que hubiera movimiento alguno de parte del rey.
• Si Dios le daba la oportunidad de poner su visión delante de él, estaba listo.
 Es una buena idea revisar los planes cada cierto tiempo durante la espera.
• No solo los perfeccionamos sino que también nos animan a mantenernos firmes, a refrescar la visión.
• En muchas ocasiones, la oportunidad sin la preparación resulta en fracaso.
• Necesitamos estar preparados para cuando se presente la oportunidad para evitar el fracaso y/o la frustración de una visión no cumplida.
• Por lo general, la visión precede a todo lo necesario para llevarla a cabo, excepto dos cosas: que el visionario puede orar y planificar al respecto de ella.



Circunstancias.
• Las visiones que Dios da siempre son demasiado grandes para que nosotros las manejemos.
o Siempre tenemos más preguntas que respuestas, siempre hay más obstáculos y falta de recursos.
o Ante ello tenemos muy poco a que aferrarnos:
 Un poderoso anhelo insaciable, imposible de mitigar.
 Un sentido de destino, la sensación de que para eso fuimos hechos.
 La seguridad de que Dios nos ha llamado a navegar por aguas nunca antes surcadas con un propósito en mente.
• Lo que Él quiere es obrar a través de nuestras circunstancias hasta ponernos en la situación correcta.
o Lo tenemos que tomar por fe cuando miramos al futuro.
o No es un accidente que nos hallemos donde estamos.
o Y no tiene que ser un problema el que no nos hallemos donde creemos que deberíamos de estar.
o Dios tiene el control total de la situación.
 El lo obra todo para el bien de “los que conforme a su propósito son llamados” (Rom 8:28).
 Y Su propósito es la visión que Él tiene para nuestra vida.
• Dios esta usando nuestras circunstancias para prepararnos de manera que convirtamos en realidad la visión que Él tiene para nuestras vidas.
o Nuestras circunstancias presentes forman parte de la visión.
o No estamos malgastando el tiempo.
o Es posible que en estos momentos nos sea difícil establecer la conexión, pero con el tiempo todo tomará forma.
• Si estamos donde Dios nos quiere, cumpliendo con las responsabilidades que Él nos ha encomendado, estamos triunfando.
o Es muy posible que no estemos viendo ni experimentando las recompensas del éxito, no obstante, estamos triunfando.
o El éxito consiste en permanecer fiel al proceso que Dios nos tiene trazado.
o Muchas veces el problema que tenemos es que no estamos experimentando las recompensas y por ello deducimos que no estamos triunfando, pero eso no es así en absoluto.
o En esos momentos el éxito consiste en permanecer fiel a la visión.
• Cada día de fidelidad en el que actuamos con lo que tenemos es un día de éxito, como el que tendremos el día que veamos materializada nuestra visión.
o Tal vez los demás no reconozcan nuestro éxito hasta ese momento, pero eso no hace nada para disminuir la importancia de lo que se ha estado produciendo a lo largo del camino.
o La confusión entre el éxito y las recompensas es una de las principales razones por las que mucha gente abandona sus sueños.
o El problema cuando uno maldice el lugar donde se encuentra es que como cualquier otra cosa que uno maldice, se convierte en el centro de atención.
o Y cuando centramos la atención en lo que nos rodea, disminuye nuestra capacidad para centrarla en lo que tenemos por delante.
• El tiempo de espera no es un tiempo desperdiciado.
o Puede ser un tiempo difícil, doloroso, frustrante, pero no desperdiciado.
o Dios nos tiene donde Él quiere que estemos.
o Él es nuestro gran estratega y nosotros somos un componente importante de esa estrategia.
o Él es la cabeza, y nosotros un miembro de su cuerpo.
o Él es el que tiene el control y nosotros nos debemos rendir a ese control.


El que y el como.
• El cómo nunca es problema para Dios.
o En cambio, si suele ser un gran problema para nosotros.
o Pero esa es la especialidad de Dios.
o No hay nada difícil para Él.
o Lo que Él origina, El también lo dirige.
• El “qué” siempre precede al “cómo”.
o Vamos a saber lo que Dios nos ha puesto en el corazón que hagamos antes de saber cómo piensa hacer que suceda.
• Son muchas las visiones que mueren en el tiempo que transcurre entre el qué y el cómo.
o Cuando el cómo parece ausente del panorama, es tentador sacarse de la mente el qué.
o Por esta razón, es peligroso enredarse demasiado en el intento de calcular de qué forma se puede convertir la visión en realidad.
o Planifiquemos lo mejor que podamos, pero recordemos: las visiones divinas suponen por obligación intervenciones divinas también.
• Nosotros debemos permanecer fieles a Él y centrarnos en Su visión para nosotros.
o La responsabilidad sobre la forma de echar adelante la visión de Dios sobre nuestra vida no es nuestra.
o Nuestra responsabilidad consiste en hacer lo que sabemos y podamos hacer.
o El resto, tenemos que esperar.
o Por ello, la fidelidad es crítica para el éxito.
o Hay otros que tienden a irse al extremo opuesto. El versículo de su vida es Filip 4:13: “Todo lo puedo”.
 Funcionan bajo el supuesto de que si Dios les da una visión, también les está dando luz verde para ir adelante con ella.
 Su sentido de entrega a la causa es admirable.
 Sin embargo, muchas veces, su sentido de oportunidad es terrible.
 Así como es asombroso lo que podemos lograr cuando esperamos a que Dios nos guíe, igualmente asombroso es el desastre que podemos hacer con las cosas cuando nos lanzamos por nuestra cuenta y riesgo.
 Las visiones divinas no dependen de que nosotros las hagamos suceder. Dependen de que Dios haga que las cosas pasen.
 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” (Jn 15:5).
• Los únicos límites que podría tener una visión son el potencial y los recursos  pero cuando la visión es de Dios, los recursos también  ambos son ilimitados.
o Cuando nos mantenemos centrados en la visión, también nos mantenemos centrados en Dios.
o La visión nos recuerda nuestra dependencia.
o Por esa razón, la gente que tiene visión vive con una sensación de expectación: vive con fe como si Dios fuera a hacer lo que cree que ha prometido hacer.
o La obra de Dios hecha a su manera y en su momento, siempre tiene éxito.
 Y se produce de tal forma, que nos señala su fuente: Dios mismos.
• Dios anda buscando dependencia.
• Una dependencia que espere activamente a que Él resuelva la pregunta del cómo.



La fe: el ingrediente esencial.
• Es la confianza en que Dios es quien Él dice ser, y va a hacer lo que ha prometido hacer.
• Es una expresión de confianza en la persona y el carácter de Dios.
• Es la respuesta adecuada a la promesa o revelación de Dios.
• Abrazar la visión y aceptarla como nuestra es un acto de fe.
o Es vivir por fe, en su sentido más verdadero.
 Cuando abrazamos una visión estamos proclamando nuestra confianza en la persona y el carácter de Dios.
 Equivale a la máxima expresión de entrega, admiración y adoración.
• Es un acto de adoración.
• Es Dios quien recibe la honra.
o Demuestra que creemos que Dios es quien Él dice ser, y que va a hacer lo que ha prometido hacer.
o No hay nada que le dé más honra a nuestro Padre Celestial, que el hecho de que tomemos decisiones vitales a partir de lo que La ha afirmado acerca de sí mismo.
o Se gloría en el hecho de que hayamos estado dispuestos a aceptar Su Palabra.
• Mientras más improbable parece el cumplimiento de nuestra visión, más fe se necesita, y por consiguiente, mayor es el potencial de gloria para Dios.


El peligro cuando comenzamos a tener éxito.
• El éxito lleva muchas veces a la autosuficiencia.
o Son pocas las personas de éxito que no han perdido de vista lo que serían sin Dios.
• Cuando la fe se convierte en vista, cuando por fin la visión comienza a tomar forma palpable, dentro de cada uno de nosotros hay algo que dice: “Hasta aquí me trajo Dios, pero a mí me corresponde ahora hacer el resto”.
o Y sin que hayamos tomado una decisión consciente, cambiamos de estrategia: tomamos el control.
o Sin siquiera desearlo, pasamos de una orientación hacia Dios, a una orientación hacia nosotros mismos.
• Mientras mayor es la visión, más importantes es que nuestra fe tenga sus raíces en las capacidades de Dios y no en las nuestras porque sentiremos más presión para apropiarnos del crédito por el éxito.
• Antes de que Dios nos pueda confiar las recompensas que acompañan al éxito, es necesario que seamos totalmente dependientes de Él.
o La forma en que Él nos lleva hasta ese punto es a base de extender, e incluso poner en tensión, nuestra fe.
o A medida que aumente la capacidad de nuestra fe, también aumentará nuestro potencial para pasarle a Él la gloria que sólo Él merece.
o Nehemías (Neh 2:4), cuando tuvo éxito en presentar ante el rey su petición, no perdió de vista su dependencia de Dios.
 No le dijo ninguna palabra al rey antes de pedirle ayuda a Dios.
 Aunque estaba preparado, su confianza no estaba puesta en la preparación ni en el rey. Estaba dependiendo, más que nunca en Dios.
 Y por supuesto, el éxito se lo llevó Dios mismo (Neh 2:8).
• Sabía que no había sido su paciencia, ni su preparación, ni su capacidad para comunicarse o su personalidad persuasiva lo que había hecho posible aquel momento.
• Solo Dios había podido preparar de esa forma las circunstancias y Nehemías le dio de inmediato el crédito a Aquel que lo merecía.
• Reconoció la fuente de su éxito.



Investigación.
• Por lo general, cuando compartimos una visión de forma prematura, tendremos garantizada una recepción poco cálida.
o Antes de compartir la visión es sabio conocer con qué nos vamos a encontrar (Luc 14:28).
o Necesitamos saber todo lo que podamos saber antes de abrir nuestra visión para que nos hagan preguntas.
o Suele haber por lo menos algún trabajo previo que es necesario hacer antes de publicar la idea, tal como: buscar datos, explorar, preparar el terreno antes de comenzar a decirle a la gente lo que piensa hacer, etc.
• Todo ese trabajo previo hace por lo menos una de estas tres cosas:
o Nos confirma el origen divino de nuestra visión.
 La investigación que hicieron de Cannaán los espías de Josué los llevó a la confirmación de que había llegado el momento oportuno y estaban en el lugar debido para lanzar su misión.
 Antes de lanzarse, investigaron, confirmaron la visión y el momento.
o Le da mayor definición y enfoque.
 Es probable que el plan original de Nehemías comprendiera la restauración de los muros que rodeaban a Jerusalén a sus medidas y extensión originales.
 Sin embargo, después de analizar las ruinas, revisó su plan, hizo más estrecho su enfoque, y como consecuencia, el muro construido bajo su dirección tuvo unas dimensiones menores que el anterior.
o Nos indica que estábamos equivocados por completo con respecto a la visión.
 Es posible que la investigación nos lleve a la conclusión de que nuestra visión no era en realidad tal visión sino solo se trataba de una buena idea.
 Lo que a nosotros nos parece una visión puede ser en realidad una visión de otra persona.
• El reconocimiento de una necesidad no tiene que traducirse siempre en una visión.
• El que sintamos una tristeza general por el estado de un grupo de personas no es tener una visión. Eso es compasión.
• Aunque la visión siempre contiene compasión, ella solo es uno de sus componentes.
• No debemos comprometernos en respuesta a la pasión del momento.
• No permitamos que el desaliento de unas cuantas puertas cerradas de golpe en nuestra cara haga que nos alejemos de la visión que Dios ha hecho nacer en nuestro corazón.
o Investiguemos más, miremos a nuestro alrededor, pensemos fuera de lo establecido.
o Son pocos los lugares de destino que tienen solo un punto de acceso.
o Lo mismo sucede con la visión.
 Si esta bloqueado nuestro enfoque inicial, busquemos alternativas, no nos demos por vencidos enseguida.
 A lo mejor solo nos hallamos a una pregunta de distancia de la llave que va a abrir la puesta que se alza entre nosotros y la visión de Dios para nuestra vida.
 Dios va a usar este período de investigación para confirmar, aclarar, y algunas veces, reorientar nuestra visión.
• La investigación no es importante solo por nuestro bien.
o También es importante por el bien de los que trabajan junto a nosotros.
 Vamos a necesitar apoyo.
 Y los miembros de nuestro equipo necesitan saber las cosas a las que se van a enfrentar, y nosotros necesitamos saber a que los estamos llevando.



19 Abr 2012