Estudio Bíblico

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Módulo 211. El Ministerio Profético.



TEMA No. 10.
EL PROFETA.



El profeta (Amós 3:7, 2 Cro 20:20).
• Es un ministerio (como todos los demás) importante para Dios, que requiere una persona de carácter para desarrollarlo (Gal 5:22-23).
• El don sin el carácter termina arruinando a la persona (orgullo, legalismo, codicia, etc.) (Mat 7:21-23).
• No es del que quiere ni del corre sino de Dios que tiene misericordia (Rom 9:16).
• Primero siervos, después profetas: Mar 10:42-45, Mat 20:25-28.
• Motivos correctos (Mat 7:21-23).
• Humildad. Dios resiste a los soberbios (Sant 4:6).
• El mismo sentir que hubo en Cristo (Fil 2:5-9).
• Efectividad: no es hacer mucho o poco, es hacer lo que Dios me mandó a hacer (Mat 7:21-23).


La preparación del profeta (1 Rey 19).
• Dios pone a los profetas en el desierto.
• Moisés (Exo 3.1-4:17); Elías (1 Rey 19:4, 1 Rey 19:15); Juan el Bautista (Mat 3:1-6, Mar 1.4-8); Jesús (Mat 4.1, Mar 1:12-13)
• Ello es así porque:
• Son los únicos con la capacidad de verlos transformados.
• El profeta necesita perder su voluntad: él es la voluntad de Dios (carro de Israel: vehículo).
• El desierto implica pruebas, paciencia y resistencia, quebrantamiento (Jn 3:30).
• Cuanto mayor es el don, muchas veces mayor es el tiempo de desierto.
• Dios desea que los profetas aprendan.
• Dios tiene diferentes métodos de aprendizaje.
• El que El va a usar depende del carácter que haya que moldear: por revelación, humillación, trituración o pulverización.
• No depende de El, depende de ellos, de sus respuestas a lo que Dios quiere enseñarles, transformarles, etc.
• Deben ser probado en la sobrenaturalidad (expuesto a situaciones extremas): Elías (el monte Carmelo y los 450 profetas de baal), Eliseo, Juan el Bautista, Jeremías, Ezequiel (el valle de los huesos secos), etc.
• Los dones sin carácter pueden echar a perder el don.
• La cueva (Elías, 1 Rey 19:9) representa la escuela de formación profética.
• Viento recio: todos los apoyos serán retirados. que quede solo la Roca (Cristo).
• Terremoto: sacudidos en toda su teología tradicional.
• Incendio: todo lo que crean va a ser pasado por el fuego.
• Dios se esconde para ser hallado: búsqueda constante.
• Después de la preparación, Jezabel puede decir lo que quiera.
• Si están formados en carácter no va a poder contra ellos porque mayor será el que esté en ellos (1 Jn 4:4).
• Salir de la cueva (limitaciones, recursos propios): están listos para cumplir su trabajo de ungir reyes y sacerdotes.


El alma del profeta.
• Por la naturaleza de su oficio, no solo ve con los ojos de Dios sino que también sienten el dolor del corazón de Dios y de las personas.
• Ello los hace emocionalmente sensibles, pudiendo percibir también las emociones de las personas.
• Con frecuencia, como consecuencia de la acción profética, algunas personas se sentirán incomodadas, ofendidas, etc., lo que puede ocasionar rechazo hacia el profeta, directa o indirectamente, consciente o inconscientemente.
• También muchas veces los profetas son criticados por falta de tolerancia, fanatismo, poca diplomacia, etc.
• Ellos al percibirlo deben tener cuidado de no descargar sus sentimientos sobre las personas sino delante de Dios y contra el diablo.
• Como ellos odian todo lo que es demoníaco, mundano y/o carnal, porque Dios lo odia (Sal 139:21-22) y como con frecuencia esas cosas son manifestadas a través de personas y parte de la función profética es desarraigarlo de la iglesia, deben saber manejar ese desarraigo adecuadamente, porque si la cizaña se desarraiga sin la unción, en la carne, el pueblo sufrirá (Mar 13:29, la parábola del trigo y la cizaña). Su oficio no les da el derecho de ser ofensivos ni de ministrar en la carne.
• El verdadero profeta tiene amor y compasión por las personas.
• Siempre deben mantener enfrente de sus ojos que el objetivo final es plantar y edificar (Jer 1.10, 1 Cor 14:3)
• No deben concentrarse solo en lo malo (ni solo en lo bueno), deben tener balance para destruir lo malo y para construir lo bueno (Jer 1:10).
• Necesitan evitar ministrar con dureza, crítica y/o amargura (ya no viven en el Antiguo Testamento, bajo la ley, sino en el Nuevo Testamento bajo la gracia).
• Deben hacerlo con firmeza pero con compasión, amor y misericordia.
• Su responsabilidad última es edificar la casa del Señor.
• No dejan nada de lo que tienen que hacer sin hacer.
• Siempre tratan de cumplir con su deber a cabalidad.
• Por lo malo que tienen que enfrentar sufren incomodidad, temor, intimidación, aflicción, etc., aunque la unción les da el poder de sobreponerse a ello y hacer lo que tienen que hacer, lo que no implica que no sufran de todos modos, porque aman a Dios y aman a las personas, y por su oficio, conocen las consecuencias de lo malo.
• Jeremías es un buen ejemplo de ello: Maldijo el día que nació (Jer 20:14-18) y renegó de hacer lo que tenía que hacer, aunque la unción y los dones (que son irrevocables) lo llevaron al arrepentimiento, a superar la aflicción y a continuar la obra que el Señor le había encomendado (Jer 20:9).



La personalidad del profeta. Características.
• Necesidad de expresar pensamientos e ideas verbal y espiritualmente con referencia a lo correcto y a lo incorrecto (Hch 2:22-23). Para ellos no hay áreas grises, odian lo malo.
• Habilidad de discernir los motivos de las personas, y cuando son malos u ocultos, como la hipocresía, reaccionan duramente ante ellos (Hch 5:3-4).
• Impulsivos (Jn 13:6-10), juzgan, hablan y actúan rápidamente, antes de pensar.
• Dispuestos a sufrir por hacer lo correcto (Hch 5:29).
• Hablan con y por amor pero también con valentía y/o mucha franqueza (no se andan por las ramas) (Gal 2:11-13), aunque ello implique rechazo de parte de los oyentes.
• Persuasivos y directos (Hch 13:8-10)
• Aborrecen la injusticia: muchas veces intervienen directamente en contra de ella (1 Rey 21:17-20).
• Celosos con las cosas de Dios porque su mayor deseo es que Dios sea exaltado (2 Cor 11.1-3).
• Aman de verdad y son amigos fieles y leales (Fil 8-18).
• Creencias y convicciones estrictas y rígidas (Hch 15:37-40)
• Siempre tiene que tener autoridad sobre él para que accione (Efe 5:21)
• Generalmente son inconformes con el status quo tanto fuera como dentro de la iglesia.
• Es un "advertidor" pero no un ejecutor.
• Las herramientas que Dios les ha dado son para tratar con asuntos prácticos no místicos.



Problemas:
• Necesitan desarrollar balance entre el don y el ministerio y su carácter.
• La franqueza los puede hacer insensibles, inmisericordes, ofensivos y herir a otros.
• Sus convicciones pueden llegar a ser inflexibles y no ver áreas ciegas en sus vidas.
• Sus convicciones también los pueden llevar a cortar sus relaciones con personas que han pecado, en lugar de procurar su restauración (Hch 15:37-40).
• Pueden ser excesivamente condenadores con respecto a sí mismos cuando le fallan a Dios, auto-críticos excesivos.
• Pueden desarrollar la tendencia a corregir a personas que no están bajo su responsabilidad.
• Pueden desarrollar la tendencia a percibir más lo negativo que lo positivo.


Evidencias espirituales.
• Poseen gran sensibilidad espiritual: perciben rápidamente lo bueno y lo malo.
• Poseen gran pasión por levantar al caído y animar al desanimado.
• A menudo son usados por Dios para dar palabras proféticas personales.
• Las profecías que dan se cumplen, aunque no necesariamente en el corto plazo (pueden ser a mediano y largo plazo). Ello no implica que eventualmente puedan equivocarse.
• Gran pasión por lo sobrenatural: milagros, sanidades, prodigios, etc.
• Confrontan los sistemas humanos: religiosos, gobierno, filosofías, porque son agentes llamados a la transformación.
• Levantados por Dios para traer corrección y convicción.
• Dinero, poder, religión es la trilogía que controla el mundo: los profetas la incomodan por lo que pueden ser perseguidos y rechazados (muchas veces lo son).
• Retan a establecer el Reino de Dios.
• Preparan a la iglesia para la guerra espiritual.
• Desarrollan una gran actividad de intercesión profética.
Otras observaciones.
• Dios no está interesado en que las personas sean dependientes del ministerio profético. Necesitan procurar siempre que las personas se vuelvan dependientes de la profecía y de ellos mismos.
• Necesitan entender que el ministerio profético en el AT es diferente al del NT: ya no vivimos bajo la ley sino bajo la gracia y sus funciones son más amplias.
• Por lo general, tienen otro ministerio también: el ministerio secundario es el que define el énfasis del primario (Efe 4:11-16).
• No todos los profetas son llamados a hacer lo mismo. Cada uno fue creado para un propósito como personas específicas en un tiempo y lugares específicos, ubicados en el tiempo que viven por lo que van a desarrollar áreas características en su ministerio.



Necesidades del profeta.
• Aprender a sujetar su área emocional, a controlar sus emociones.
• Para escuchar y discernir la voz de Dios hay que ser sensibles pero sin dejarse dominar por esa sensibilidad.
• Pero esa sensibilidad debe ser controlada, disciplinada, puesta en orden en la vida del profeta, de lo contrario, puede causar desenfreno.
• Ose 9:7: necesitan dejar sus sentimientos en las manos de Dios.
• 1 Rey 19:14: los sentimientos pueden destruir su sensibilidad espiritual.
• Lo dramático no puede tomar preeminencia sobre la Palabra.
• Antes de ministrar a otros tienen que estar ministrados por Dios (no pueden dar lo que no tienen).
• El profeta necesita también considerar, aunque sería mejor poseer, un corazón pastoral, necesita conocer el corazón de la iglesia para ser sensible al corazón de las personas y, sin dejar de ser franco y directo, evitar lastimarlos.
• Los profetas no son la excepción del fruto del Espíritu, que necesitan desarrollarlo: amor, misericordia, gracia, benignidad, bondad, paciencia.
• Sabiduría, humildad y gracia (puertas abiertas): desear que otro sea mejor, tener corazón dador (como Elías que no tuvo temor de ungir a Eliseo como el continuador de la obra que Dios le había encomendado).
• Parte de la función profética es levantar a otros, que otros puedan alcanzar el propósito, la manifestación y la plenitud de Dios en su vida, aunque ellos mismos no la alcancen. Jesús se despojó de su gloria, vino a dar, no para recibir, vino a recuperar por nosotros lo que habíamos perdido (el nunca perdió nada).
• El ministerio profético, muchas veces, por la naturaleza de la tarea de corrección y disciplina que debe llevar adelante eventualmente como parte de su ministerio, es desagraciado, por lo que necesita aprender a vestirse de sabiduría y de gracia. Necesita saber el tiempo, la ocasión y el lugar para dar una palabra, para no destruir una vida.
• Tiene que tener cuidado de lo que dice y de lo que no dice.
• Prov 10:19: debe reconocer cuando debe hablar y cuando debe parar.
• Necesita saber cuando actuar y cuando esperar: paciencia.
• El orgullo es fatal para el profeta; y por la naturaleza de su llamado pueden desarrollar, inadvertidamente, la tendencia al orgullo.
• El profeta no es tan solo un mensajero, es el mensaje, debe ser el mensaje. Por ello necesita acostumbrarse a vivir siendo juzgado porque toda profecía debe ser juzgada.



19 Abr 2012