Estudio Bíblico

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La Biblia. Estudio y observación.



La observación (descubriendo lo que dice el texto, Jn 5.39).

Comenzar con oración.
El Espíritu Santo es Quién nos guía a toda verdad y nos enseña todas las cosas.
El Espíritu Santo es el que toma las cosas de Dios y nos las revela.
Necesitamos pedirle al Espíritu Santo que nos guíe en el estudio de la Palabra y nos revela las cosas que necesitamos aprender cada día.

Hacer preguntas sobre los elementos básicos del pasaje que se esta estudiando.
Es imprescindible una buena observación antes de buscar la interpretación. De lo contrario, lo que pensemos, sintamos o lo que han dicho otras personas influirá en nuestra interpretación del texto, y ello nos puede llevar a equivocaciones erradas (2 Ped 3:16).
Para una buena observación, es necesario responder, por lo menos, las siguientes preguntas:
¿Quién habló, de quién se trata, quienes son los personajes principales, a quién habla?
¿Qué tema o acontecimiento trata, que instrucciones da, que se aprende del texto acerca de las personas, del acontecimiento o de la enseñanza?
¿Cuándo tuvieron o tendrán lugar los acontecimientos, sucedió o le sucederá algo a determinada persona, nación o pueblo? Estas son las preguntas claves para determinar la progresión de los acontecimientos.
¿Dónde sucedió o sucederá lo que dice el pasaje, donde se dijo?
¿Por qué se dice o menciona algo, porqué sucedió o sucederá eso, por qué en ese momento preciso, porque lo dice esa persona específica?
¿Cómo sucederá, cómo se ha de hacer, cono se ilustra?
Cada vez que estudiamos un pasaje de la biblia debemos tener presentes estas seis preguntas.
Si no podemos encontrar la respuesta a todas ellas al principio, no hay que preocuparse. Puede que para un pasaje específico alguna o algunas de ellas no sean pertinentes, o puede ser que la próxima vez se nos revele o ilumine la respuesta.
Haga anotaciones, mejor si en el margen de su Biblia, para tenerlas a mano la próxima vez que vuelva al pasaje.
Medite las verdades que Dios le revele y piense en como se aplican a usted (2 Tim 3:16, 2 Ped 1:19, 1 Cor 10:11, Rom 12:2).

Subrayar palabras y frases clave.
Son esenciales para la comprensión del texto.
Son las que si se eliminan, dejarían el pasaje sin sentido.
A menudo se repiten, a fin de comunicar el punto de visto o el propósito del autor al escribir, pudiendo repetirse a lo largo de un capítulo, sección o libro.
Hágase sobre ellas las mismas preguntas del inciso anterior.

Elaborar listas.
Se refieren a las formas en que se describe en el texto una misma palabra clave, o las diversas cosas que se dicen acerca de una persona o de algo, o los distintos pensamientos o instrucciones relacionadas entre sí.
Revelan verdades y resaltan conceptos importantes que se aplican a la vida diaria.

Observar contrastes y comparaciones.
Un contraste es una comparación de cosas diferentes u opuestas (generalmente, aunque no siempre, incluyen la palabra “pero”).
Una comparación señala semejanzas, por lo general indicadas por palabras como “semejante a”, “parecido a”, “como”, “tal como”, etc.
Por lo general subrayan, de una manera muy descriptiva, verdades significativas y lecciones importantes.
Las imágenes que emplean facilitan la tarea de recordar lo que se aprende en el pasaje.

Notar referencias al tiempo (1 Cro 12:32, Ecle 3:1, Ecle 3:11).
Son señaladas ya sea de una manera precisa o con palabras tales como “hasta”, “entonces”, “luego”, “cuando”, “después”, etc.
Con mucha frecuencia, la relación del tiempo en que ocurren los hechos revela el verdadero sentido o significado del texto.
Muestra la relación que tiene una declaración o suceso con otro.
Nos ayudan a ver la secuencia de los acontecimientos y nos lleva a una interpretación precisa del texto.

Identificar términos que señalen conclusiones.
Por lo general, siguen a un importante argumento, e incluyen palabras tales como “por cuanto”, “por lo tanto”, “por eso”, “pues”, “finalmente”, etc.
También, por lo general, concretan una aplicación práctica, un principio o un conocimiento importante del pasaje en estudio.

Resumir los temas de cada capítulo.
Generalmente, los temas de los pasajes estarán centrados en un personaje, un suceso, una enseñanza o un asunto clave.
El repaso de las palabras claves y las listas que se han elaborado nos ayudarán a descubrir ese tema.
Tratemos de escribirlo al margen de nuestra Biblia de la manera más breve posible, empleando palabras que aparecen en el texto,
El que nos parezca el tema central del pasaje en un momento determinado, posteriormente, en otro estudio o lectura, nos puede cambiar, o puede aparecer un segundo o sucesivo teman (la Palabra es viva, Heb 4:12).

Descubrir lecciones de vida.
Esta parte es, en esta primera instancia, lo que resume el objetivo general de todo lo que hemos hecho para estudiar eficazmente las Escrituras.
Se trata de determinar lo que Dios le enseñó al pueblo y/o trató con las diversas personas que aparecen en el texto, y que es una enseñanza para la vida de cada uno de nosotros en particular.
El Espíritu Santo nos ayudará a mostrarnos verdades que Dios quiere que tengamos presentes y que tomemos como guía en nuestra vida.
Es importante que estas lecciones las apuntemos ya sea en el texto bíblico o en un cuaderno de notas específico sobre lecciones de vida, y las repasemos constantemente para examinar nuestros avances en la aplicación de ellas (Prov 4:18, Fil 1.6), que es, en última instancia, el propósito de Dios para nuestras vidas (1 Tes 5:23, Rom 8:28-29).

21 Ene 2012
Referencia: La Biblia 00.