Estudio Bíblico

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Discipulado (03)



FORTALEZAS QUE HAN IMPEDIDO EL DESARROLLO DE DISCÍPULOS.



OBJETIVOS DE LA ENSEÑANZA.
Que cada creyente entienda: la diferencia entre discipulado y evangelización, la necesidad de convertirse en un discípulo de Cristo y la necesidad de reproducir lo que Dios está haciendo en su vida en otras personas, evangelizándolos y comprometiéndose con ellos en apoyarlos a convertirse en discípulos de Cristo.
Que cada uno asumamos la responsabilidad y demos pasos concretos para desarrollarnos diariamente como mejores discípulos de Cristo.
Que entendamos cuáles son las fortalezas que necesitamos vencer en el Cuerpo de Cristo para poder enfocarnos en un desarrollo de discípulos bíblico y efectivo.


EL CLERICALISMO (EXO 18:13-18).
Uno de los enemigos de la propagación del Evangelio y del crecimiento de la iglesia a través de la formación de discípulos.
Dos facetas: desde el lado del ministro y desde el lado de los creyentes.
PRIMERA. Desde el lado del ministro:
• Hace el trabajo que Dios le llamó a hacer sin la ayuda de los demás (autosuficiencia).
• No desarrolla a todos los creyentes como discípulos.
• Se coloca a sí mismo sobre otros en lugar de ser su servidor (Mar 10:42-45).
• Ignorancia de lo significa ser siervo (proteccionismo) u orgullo espiritual.
• No preparar a los miembros de la iglesia para la obra del ministerio (Efe 4:11-16).
• Se coloca a sí mismo como el centro de todo el trabajo y actividad ministerial (construir un reino propio).
• Desesperanza y desesperación (Num 11:14-15): Moisés le pidió a Dios que lo matara.
SEGUNDA. Desde el lado de los creyentes: Dejar que todo el trabajo del ministerio recaiga sobre los hombros de unos pocos “privilegiados” o “sobre-espirituales” (menosprecio propio); no involucrarse en el trabajo del ministerio (comodidad); mentalidad demandante, no ofertante (inmadurez espiritual, egoísmo).
RESULTADOS.
UNO. La marcha del pueblo se para  el pueblo permanecía delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde  el avance hacia alcanzar su destino y su propósito en Dios se detenía.
DOS. Desfallecimiento: Moisés desfallecía y junto con él todo el pueblo. Desfallecimiento implica secarse, caer, fallar, desmayar; ser necio o perverso, despreciar, desgracia, afrentar, caducar, caer, debilitar, desfallecer, deshacer, deshonrar, marchitar, menospreciar, desánimo, agotamiento, frustración, decepción, etc.
TRES. Ineficiencia ministerial: el trabajo no se cumplirá porque es demasiado pesado para hacerlo una sola persona. Dios diseñó el trabajo ministerial para ser un trabajo en equipo, los cinco ministerios trabajando coordinadamente.
Solo puede ser resuelto mediante el uso de los principios bíblicos de la delegación y multiplicación ministerial que Dios a través de Jetro le enseñó a Moisés y los que aplicaron Jesús y los apóstoles en el principio de la Iglesia.
o Edificando un equipo.
o Invirtiendo nuestro tiempo y recursos en el equipo.
o Dejando que el equipo nos ayude a realizar el trabajo que Dios nos ha llamado a hacer.



PRINCIPIOS DE LA DELEGACIÓN Y MULTIPLICACIÓN MINISTERIAL: DISCÍPULOS (EXO 18:19-27).
• Num 11:16, Exo 18:21  seleccionarlos, escogerlos.
• Num 11:16, 18:21-22, Efe 4:11  entrenarlos para que ayuden.
• Exo 18:20  enseñarles la Palabra.
• Exo 18:20  mostrarles el trabajo que hay que hacer.
• Num 11:16-17  transferir la unción.
• Num 11:16-17  transferir la responsabilidad.


LA IMPORTANCIA DEL PROCESO.
Los dones ministeriales fueron dados a la Iglesia para entrenar a todos los creyentes para la obra del ministerio. El trabajo de los ministros es entrenar y equipar a los miembros de la Iglesia para el servicio de la obra de Dios. Tres etapas:
PRIMERO (Jn 15:16): el compromiso de que nuestro fruto permanezca. No fuímos llamados proveer información a otros, fuímos llamados a colaborar con Dios en la transformación de las personas y en que asuman el discipulado (enseñar y poner en práctica).
SEGUNDO (Luc 6:12-13, 17): buscar a las personas que ya estén listas para el proceso (el tiempo de cada uno es diferente). Muchas veces se desperdician tiempo y esfuerzo tratando de entrenar personas que no tienen aún la madurez ni las habilidades para recibir el entrenamiento.
TERCERO (2 Tim 2:2): cada uno enseñe a otros. Uno de los propósitos por los cuales el Señor nos llamó es para que realicemos la Gran Comisión (Mat 28:18-20), discipular, enseñar a otros. Ello producirá una multiplicación en cadena (multitudes: Luc 14:25, Hch 5:14, Apo 7:9, 2 Ped 3:9, porque el deseo de Dios es que multitudes sigan a Jesús.
Jesús empleó la mayor parte de Su tiempo preparando los doce apóstoles para que llevaran adelante Su ministerio. El siguió este principio de entrenar a otros, quienes a su vez se encargarían de entrenar también a otros. Esa es la tarea del ministerio: preparar a otros para el ministerio, llevar a cada creyente de demandante a ofertante, buscar a los que ya están listos para iniciar el camino del ministerio y entrenarlos.


PREGUNTAS DE AUTO-EVALUACIÓN.
¿Estoy claro que estoy llamado a ser discípulo?
¿Estoy claro que necesito comprometerme en un proceso de ser discípulo?
¿Cuáles argumentos se presentan en mi mente para estorbarme de ser un pleno discípulo de Cristo?
¿Qué puedo hacer para vencer esos argumentos?
¿Soy un demandante o un ofertante?
¿Cuáles son las áreas en las que soy demandante?
¿Por qué soy demandante en esas áreas?
¿Qué puedo hacer para pasar de demandante a ofertante en esas áreas?
¿En general, qué necesito hacer para ser un mejor ofertante?



31 Mayo 2008